Verano bis, o…

En primer lugar, mi artículo de hoy, con todo mi dolor y afecto, es para esas personas que perdieron a algún familiar en la catástrofe aérea de Barajas, el 20 de agosto. Quisiera extenderme en los comentarios, pero… ¿para qué? ¿Merece la pena hurgar en la herida? Ya pasa la época de vacaciones, vuelve el mundo a su «cauce», la rutina diaria, el trabajo o el estudio, con mayor o menor entusiasmo, pero aquí, en Torrevieja, empezaremos a sentirnos cómodos, tranquilos, sosegados, viendo de nuevo a esas personas a las que cada día del año saludamos y que tan amables son. En julio y agosto, han estado como una fuente sumergida, inmersos en atender a familiares y amigos: ahora, es tiempo de gozar la paz tan anhelada, de recordar los juegos con los niños, en la piscina o el mar; las noches, sentados en una terraza de verano o en el porche de tu casa: los paseos nocturnos, con los pies descalzos por la arena, y nos decimos; ¡un año más! Mientras nosotros nos vemos como siempre, no es lo mismo con los pequeños, a los que se ha conocido en el carrito de bebé o los brazos de su madre, y ya están hechos unos hombrecitos y mujeres. Los ojos se te llenan de emoción viendo tan rápida transformación. ¡Nos hacemos viejos sin darnos cuenta! Ellos empiezan a prepara el «nido» con el que formar la familia. Quisiera, un año más, dar las gracias a esos Ángeles de la Guarda, que han velado por nuestra seguridad, vigilando la salud y el bienestar. ¿Quiénes son? El Ayuntamiento en pleno, los maravillosos Cuerpos de la Guardia Civil y Policía, Samu, Cruz Roja, médicos y personal sanitario y, sobre todo, a los voluntarios que, con su altruismo, consiguen arrancar una sonrisa a quien tiene el alma herida. A los medios de comunicación en general, que nos informan de cualquier noticia que surja en el momento oportuno…

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