Hemos celebrado el domingo pasado a las doce de la mañana en nuestra Parroquia, una Eucaristía singular. Desde la pequeñez de ciudad de provincia, que yo creo es capital sin serlo, hemos conmemorado a la Pilarica, que es Patrona de España y también de la Guardia Civil Benemérita. Esa fuerte tradición que está tan cerca del corazón del pueblo llano, que somos todos, hizo que se vivieran momentos solemnes y emotivos a la vez. Templo abarrotado y devoción y emoción al compás, como es de rigor y costumbre, y que acompañarán inevitablemente durante tiempo a nuestros recuerdos.
Mucha atención, con silencio absoluto, a la más significativa interpretación del Evangelio de San Mateo cuando se narra la parábola en la cual se llama severamente la atención a ese invitado que osadamente asiste al convite sin el vestido de bodas (la Eucaristía es un convite que nos debe saciar con la Palabra de Dios y también con su Cuerpo y su Sangre en comunión con los demás). Y he dicho significativa porque es tremenda la diferencia entre los vestidos que solemos ponernos cuando asistimos a esponsales de familiares o amigos y el vestido al que se refiere Jesús en la parábola. A la sociedad descreída y fantasiosa que somos, nos quiere decir que es el amor sincero el que ha de desterrar las tinieblas de la envidia y la mentira en la que nos vemos envueltos a veces. Y que debemos quitarnos las máscaras y hacer lo imposible por hacernos perdonar de nuestros egoísmos. Es difícil, pero hermoso, en estos tiempos en los que nuestra actitud ante la vida es tan nihilista y cicatera.
Y ha sido igualmente este 12 de octubre, un año más, el Día de la Fiesta Nacional y de las Fuerzas Armadas. Y aunque Armas Marcelo, que ya es casi nuestro, y que escribe como quiere envuelto en perspicacia, nos hablara ayer del gran significado histórico de lo que define a España, siempre tiene que haber borrones y jirones en la ejecutoria de los que debieran ser para nosotros ejemplarizantes. ¡Señor, señor! Ausencia en el desfile de no menos de doce Jefes autonómicos, ésos que son insaciables a la hora de pedir a papá Estado competencias y bagatelas de millones, pero que, llegado el momento, no tienen la bonhomía de honrarlo en el desfile de esos hombres con vocación militar que han jurado por su honor defendernos con su vida si preciso fuera. Y uno «gordo» que fue, lo hizo a su pesar… Mira por dónde y quién lo diría… Y nuestro Presidente y sus dos adláteres económicos disculpándose para no ir a la recepción por eso de la crisis -¡qué crisis!-, debiendo preparar el ir y venir del primero al corazón de Europa, tierra de promisión a la que nos llevaría en caso de ser elegido. ¿Se acuerdan?
Inevitable también que Juancho acabe escribiendo dos días después, envuelto en lo prosaico, de los tiburones financieros y esas cosas del Ibex, Euribor, Nasdaq, petróleo que es oro… Déjalo estar y qué le vamos a hacer.
Que le digan a todas las personas que en estos días pasan por los servicios de asistencia social y por Cáritas sin ir mas lejos, que los Geo, digo los G7 inyectarán dinerito para solventar la liquidez. ¿La liquidez para quién…? ¿Encontrarán trabajo para poder llenar la cesta de la compra y pagar su hipoteca fabulosa?
JortizrochE
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