Diario de un torrevejense

Javier Manzanares Solivelles
C.E.L. PSPV-PSOE Torrevieja

Desde hace muchos años, parece que vivir en Torrevieja es el paradigma de la buena vida. Se intenta vender que esta ciudad grande -que no gran ciudad- es el país de las maravillas. No se paga el autobús, te dan una paga anual, montan una discoteca para que nuestros abuelos lo pasen de miedo, dan becas a estudiantes y dinero para los recien casados… Todo el mundo feliz en el país de Alicia.
Lo que probablemente no conozcan los ciudadanos es que todas estas generosidades, y unas cuantas más que en este momento no recuerdo, representan el 1% del presupuesto total del Ayuntamiento, así que suponen una inversión muy rentable, dado el beneficio que producen en votos, para el Partido Popular.
Torrevieja, como ciudad grande, carece de lo más básico: seguridad, una sanidad pública de calidad, educación digna, limpieza… Todo lo que se considera de necesidad, aquí, por desgracia, presenta déficit.
Como antaño, cuando al pueblo se le daba fútbol y toros para que miraran a otro lado, se ofrece una serie de ayudas para desviar la atención de los que vivimos y pagamos nuestros impuestos en nuestra ciudad. Los ciudadanos deben sentarse unos minutos y sopesar en una mano todas las ayudas, de cualquier tipo que reciban, y en la otra los descomunales impuestos a los que están sometidos. Se darán cuenta del desfase existente. Tenemos como ejemplo el IBI. Es fácil informarse de las cantidades que se abonan por este impuesto en otras ciudades de características similares, o en la mismísima capital de España. Nos daremos cuenta de dónde sale tanta ayuda mediática e intencionadamente aprovechada.
Es solamente un ejemplo de cómo funciona esta derecha de pueblo. Hace poco tiempo, un amigo me dijo que el PP practicaba la política de la goma, te daba dinero por un lado y por otro te quitaba más. Y es que no les queda otro remedio si quieren seguir con sus gastos absolutamente INÚTILES, y seguir dando la impresión de que no pasa nada.
Quiero acabar dando un dato significativo. Nada más que con modificar el famoso Premio de Novela tendríamos para varios años de ayudas; eso sí, cobradas en tiempo y forma.

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