-Eh, perdona, disculpa… ¿En serio vas a estacionar ahí?
-Sí.
-Pero hombre / mujer… ¿no te das cuenta de que es una zona reservada para personas con movilidad reducida?
-¿Y a mí qué?
Me contuve las ganas de responder «pues que tú lo único reducido que tienes es el cerebro, no la movilidad, pedazo de insensible».
Pero no hay que jugarse el tipo ante subnormales así. Acto seguido, caminé unos metros y llamé al 092 para dar aviso.
Apenas colgué, me dispuse a cruzar por un paso de peatones, y, al otro extremo, justo en la rampa de acceso a la acera, convenientemente señalada, otro conductor abandonaba su vehículo, dejando, eso sí, las luces de emergencia, como si éstas disimularan tal obscenidad. Observé atónita que tan sólo iba a comprar el pan.
Esta tarde, desde mi casa, he contemplado cómo ya no uno, sino dos vehículos han estado estacionados durante al menos una hora, obstaculizando así los dos únicos desniveles o rampas para acceso de personas con movilidad reducida que tiene la calle… He llamado nuevamente al 092 a las 16:30. Son las 17:07 y no ha aparecido nadie.
No debe de ser una urgencia.
No debe de ser tan importante que una persona con movilidad reducida se atreva a salir a la calle para dirigirse a su trabajo (si es que alguna empresa se ha dignado a contratarle), o a hacer unos recados (si es que sus seres queridos no le sobreprotegen e impiden que mueva un dedo), o sencillamente a dar un paseo (si es que le quedan ganas de que le dé el aire, a pesar de su condenada situación).
Pues no, querido amigo conductor, que careces de escrúpulos y te sobra soberbia. No. Una persona con movilidad reducida no es un subnormal en silla de ruedas. Es una persona como tú y como yo. Una persona que tiene deberes y derechos. Y tú te dedicas a joder uno de sus derechos, que es que pueda ir a su trabajo, a unos recados o simplemente a pasear, porque sí.
Cada vez que una persona postrada en una silla de ruedas pretende cruzar la calle y se encuentra con que un coche le cierra el paso… ¿Qué crees tú que pasa por su cabeza?
¿Tú de verdad crees que no le da importancia? ¿Tú de verdad crees que no le molesta? ¿O quizá pensaste que le divierte tener que recorrer quizá 10, 15, 20 ó 50 metros hasta encontrar la próxima rampa?
Sí, claro, es que, como es «minusválido», seguro que no trabaja, seguro que no tiene responsabilidades, seguro que no sale a la calle, o, si lo hace, es porque no tiene nada mejor que hacer, y le encanta perder el tiempo y exponerse a que le piten porque circula por la calzada, a tener un accidente, a que le atropellen o algo así.
Según tú, ¿qué más da?
Mónica Gómez Cantarino
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