«La pasarela de los siglos»

Igual que del árbol crecen ramas que lo vivifican, extendiendo la savia por los troncos, así mismo resurgen con nueva vida, y ese optimismo pleno de candidez e inocencia, las obras de Colesterol Teatro. En este caso, el 13-12-08 fue admirable «Napoleón pinchó el móvil a Agustina de Aragón», y ese elenco de actores y actrices que «bordan» su papel. Tenemos a un Napoleón (Pato Laúz) que, a falta de batallas o conquistas, se lanza a la especulación del suelo, pretendiendo construir apartamentos a bajo coste y peor calidad. Agustina de Aragón (Marga Villasanta) le da al botellín y al porro que es un primor. Su hermana (Valle), con esa chulería madrileña, le suelta cuatro frescas a Josefina (Ruth Cubo). José Torregrosa, en el difícil papel de Quasimodo, que interpretó de maravilla. Por otra parte, el conejo Nico-Tambor (Joan Pastor), bien que nos mareó con sus idas y venidas, buscando al compañero Ulises (Manuel Bueno), que era capitán francés, muy gracioso, arrastrando las erres. La coreografía, canciones y bailes, perfectos. Pensábamos que, al ser sábado frío, lluvioso y haber futbol, sólo acudirian mujeres y niños, pero nos equivocamos, porque el teatro se llenó, rió y festejó la obra, con tanto o más entusiasmo que en las anteriores. ¡¡El estreno es tierno, inocente y muy del pueblo, del devenir cotidiano!! Eso hace que la gente de a pie se sienta reconocida, creando una cadena de calor y complicidad. Julia B. (Elisa Ortiz), con una viveza pizpireta, lavándose los pies en un ficticio rio. Irene, Rafael y Julia, los tres «hermanos», con el resto de compañeros, en la escena de Jesucristo-Superestar, con un juego de luces (linternas) fue apoteósico y la gente aplaudió a rabiar. Mi calificación… un diez, para mis amigos, cuyo tronco, raíz y savia dan el fruto de una bella flor, llena de fragancia.

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