Nos encontramos casi congelados por las bajas temperaturas que estamos sufriendo, inusuales por esta zona, ni aún en los fríos meses de enero tradicionales; pero con el ánimo dispuesto para salir adelante, imponiéndonos al frío y a las otras tempestades que también azotan nuestra geografía.
Pensamos, además, que no nos debemos quejar, ya que al menos nosotros tenemos la posibilidad de seguir adelante, de salir a la calle cada día a plantarle cara a la vida y a la situación cotidiana que se nos plantea, mientras hay tantas personas en el mundo en estos momentos a quienes no les dejan vivir en paz. Lo cierto es que sentimos vergüenza, rabia y mucha impotencia cuando vemos las noticias que nos llegan cada día de las masacres que se están llevando a cabo con tantos pobres inocentes en la zona de Gaza e Israel, que son víctimas de una gran injusticia, ante la mirada insensible de los más poderosos y de los organismos internacionales, que están demostrando servir para bien poco, cuando no son capaces de parar semejante disparate, llevado a cabo por unos seres que sufrieron lo mismo en sus propias carnes y no hace tanto. Parece mentira que, en pleno siglo XXI y tan avanzados como creemos estar, no seamos capaces de conseguir la paz en una zona que lleva sufriendo tantos años, y cada vez, en lugar de mejorar, lo complican más.
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