Optimismo, pesimismo

Han pasado las Navidades de los niños, y se van los Reyes por la cuesta de enero, escarpada este año como nunca, hasta no se sabe cuántos cientos de cientos de parados más, hasta no se sabe cuántos cohetes, misiles y bombardeos serán necesarios todavía para que las lujosas plumas estilográficas de los dirigentes mundiales plasmen en un papel el nuevo acuerdo de paz para unos cuantos meses, y hasta no se sabe cuántos cientos de miles de muertos en guerras y hambrunas en el continente africano, serán capaces de hacer reflexionar a esos mismos dirigentes de que pierden mucho tiempo en tomar decisiones…
Arranque negro del año nuevo con expectativas nada claras sobre el día a día de tantas familias asoladas y desoladas… Hablaba Carlos la semana pasada de las dificultades de las Caritas para acudir a tanta necesidad… Se ven desbordadas en cualesquiera de sus facetas asistenciales, es infinita la casuística de los afectados y hasta viene gente en el paro que no recibe subsidio de paro…
Y me da pena leer en la prensa de esta misma mañana que el partido que nos gobierna está haciendo lo indecible para que nuestro presidente de todos no nos explique en el Parlamento, con el rigor que la grave situación requiere, lo que pasa, lo que está por venir y las medidas a tomar… No entiendo el menoscabo que le puede acarrear, cuando lo perfectamente inteligible sería que se debatiera el tema con todos los grupos parlamentarios, que tienen derecho a opinar en la búsqueda de soluciones, por dramáticas que sean… No sirven los discursos mitineros en absoluto, porque suplantan la función del Parlamento, que es parlamentar -y eso es debatir, discutir, negociar, aunar voluntades-. Me viene a la memoria lo que estamos oyendo y leyendo ya casi dos meses de ese presidente electo norteamericano, en el que los más, y también los menos, han puesto inusitadas esperanzas en su inminente gestión al frente de la que ha sido hasta ahora, sin duda, e intentará seguir siéndolo, la gran potencia de la tierra. Pues Obama jurará la defensa de su Constitución, sin opción a prometerla -miren Vds., señores ateos-, y lo veremos rodeado de sus afines y de sus menos afines, con tal de que los considere competentes y relevantes… Y nos leerá un discurso seguramente dramático en el que exigirá sacrificios… Y no le pasará nada si se le ve decidido, porque en el rigor del diagnóstico y en la contundencia de sus normas a seguir generará la necesaria confianza de todo el mundo, para salir de la crisis.
Nuestra Parroquia retoma el curso. Y lo hace con su Escuela de Oración, los miércoles a las 20 h.; con el estudio y lectura de los textos paulinos los jueves a las 17 h. en los salones parroquiales; con sus catequesis de iniciación cristiana, prematrimoniales y prebautismales. Y con su Caritas abierta a lo que pueda. Ya veis, queridos lectores, el caso que hacemos desde la iglesia, que somos todos, a la recomendación de que dejemos de ser tontos en la vida y nos divirtamos girando sin cesar… de risa. ¡Qué risa!

JortizrochE

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*