El pasado domingo, en Antena 3, a eso de las 10 de la noche, se emitió una película, «Días sin luz». Está basada en la reconstrucción de hechos reales, desde la desaparición de la niña de 5 años Mari Luz Cortés, hasta su asesinato y la posterior investigación criminal.
Ya sea porque el caso es muy reciente, pues no se ha cumplido aún el año de su desenlace, o que ha sido tan exprimido, tanto en programas informativos de una seriedad contrastada, como en magazines de la más baja estofa, me esperaba un folletín de los que suelen hacer las televisiones en estos casos; pero «Días sin luz» se centra en el dolor de la familia Cortés y la lucha de un padre con un par bien puestos por encontrar al asesino de su hija.
También pone al descubierto la ineficacia del sistema judicial en España, que lleva a Juan José Cortés a cuestionar públicamente las penas impuestas a pederastas y asesinos. Es conmovedor ver la participación del barrio donde residía la niña en la búsqueda de la misma y todo ello coincidiendo con estos días en que las aguas bajan revueltas para las diversas asociaciones de jueces, que, con sus diferentes posturas, están al borde de una imprevisible huelga, que ampliaría, aún más todavía, el caos existente en los juzgados españoles; huelga basada en el corporativismo que les lleva a pensar en la inmunidad de ser el tercer poder del estado al haber «sancionado» a uno de sus miembros, el inepto juez Tirado, por cuya ineficacia el asesino de Mari Luz pudo seguir libre para seguir cometiendo sus maldades.
Técnicamente, la película es impecable, los actores inconmensurables, en especial el de Eduardo Artuña, el actor que representa a Santiago del Valle, el «hijoputa» pederasta. No olvidemos que ha sido dirigida y escrita por Antonio Hernández, el mismo que nos deleitó con «Los Borgia».
Nota del autor: Quiero dedicar este artículo a todos los niños que han sufrido y siguen sufriendo el castigo de esos repugnantes pederastas que abusan de la inocencia y el futuro de nuestros niños.
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