Torrevieja: Dialogar para el futuro

Ángel Sáez Martínez
Secretario general PSOE Torrevieja

Es necesario. Tenemos que cuidar lo que ha de ser la locomotora económica de nuestra ciudad. Y, desde mi punto de vista, dos son las actividades que a día de hoy se vislumbran como mejor posicionadas, la actividad turística y el sector servicios, donde tendrá un peso importante la actividad comercial. Es necesario que los dirigentes políticos hagan un esfuerzo de diálogo con la sociedad para el diseño de la Torrevieja que viene. Si no se planifica y se deja todo en manos de intereses particulares, como ha ocurrido hasta ahora, el futuro de nuestros hijos será oscuro. Sin embargo, para ello, hay que encontrar actitudes dialogantes en el partido que gobierna, y no la prepotencia del que cree saberlo todo (que no lo sabe) y que nos va a hacer perder dos años de un valor incalculable. La Torrevieja actual es fruto del capricho por las grandes obras y por los gastos injustificados que sublevan al ciudadano con espíritu crítico. No se ha planificado el futuro y ahora se tiene lo que se tiene.
Torrevieja tiene que volver a ser una ciudad turística, atractiva, con actividades, viva y acogedora. Tenemos que dialogar con los empresarios del sector turístico y el sector comercial, porque saben de lo que hablan, ya que de ello depende nuestro futuro como ciudad a medio plazo.
Por eso, cuando uno lee que, en Alicante, la alcaldesa del PP dialoga con sus comerciantes y va a regular la implantación de grandes superficies, no puede olvidar que aquí hicieron lo contrario. Se levantó la protección para el pequeño comercio que suponía la limitación en metros y en emplazamiento, y desde entonces cualquier lugar torrevejense es bueno para la implantación de un hipermercado. ¿Por qué se hizo? Me temo que la respuesta verdadera nunca la conoceremos. Lo que sí sabemos son las respuestas para justificarlo. Lo que sí sabemos es que incluso los representantes de los comerciantes torrevejenses apoyaron tal medida. A pesar de la evidencia de que perjudica seriamente al pequeño comercio tradicional. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido en Alicante.
Por mi parte, haré lo que tengo que hacer, oír a la sociedad a la que se tiene que servir, escuchar atentamente al sector turístico, al sector servicios y a los comerciantes. A estos últimos, les pregunto si han contado con ellos antes de decidir lo que van a hacer con la calle de la Iglesia.

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