Música en Torrevieja: …hay notas que desafinan

Fernando Guardiola
ferguarmo@gmail.com

La semana pasada coincidieron en el tiempo dos eventos, diferentes en su evaluación y categoría pero importantes para cada uno de los componentes de las dos bandas de música que existen en nuestra ciudad. Mientras la Sociedad Musical «Ciudad de Torrevieja-Los Salerosos» y el Orfeón Municipal «Ricardo Lafuente» nos deleitaban el día 1 con el Concierto «Amigos siempre amigos», la Unión Musical Torrevejense se preparaba para recibir la Medalla de Plata de las Olimpiadas de la Música en Kerkrade, cosa que se hizo efectiva el día después.
Estos reconocimientos, que en principio en cualquier ciudad que se precie serían motivo para orgullo y felicitación mutua, no hicieron sino despertar algo que yo hasta ese momento desconocía y es la aversión visceral que ambas bandas se tienen entre sí.
La música es la primera forma de cultura que se conoce, ya que se han descubierto instrumentos musicales que datan de épocas en que el hombre aun no había siquiera inventado el fuego. Es la base cultural de un pueblo, y más aún como el nuestro, de raíces mediterráneas y con una situación privilegiada en cuanto a número de personas que aman la música.
Con ocasión del concierto, al que tuve el placer de asistir, publiqué un artículo en El Periódico de Torrevieja digital, alabando la labor de ambas formaciones, y, como siempre, aporté mi email, para que cualquier lector, como en tantas ocasiones, me diera su opinión, positiva o negativa del mismo. Y cual sería mi sorpresa cuando, al abrir los primeros mensajes, se me partió el alma al leerlos: unas personas defendían mi actitud y otras, con palabras irreproducibles, llegaban hasta el insulto personal por «tal osadía».
Es más, el apartado de comentarios de El Periódico, y en una acción sin precedentes, hubo de clausurarse durante 24 horas, porque el tono de las opiniones rayaba en lo insostenible.
No voy a entrar en las causas que han llevado a esta situación, que se prolonga ya demasiados años, sino en los efectos que está causando, tanto internamente, como de cara al público de Torrevieja y, por extensión, al resto del mundo, ya que no debemos olvidar que las técnicas de comunicación llegan hasta el último rincón del planeta a través de Internet.
No se puede mantener por parte de las personas que dirigen estas entidades esa actitud beligerante y personal en nombre la música y la cultura, incluyendo en sus clases de solfeo a los más jóvenes el odio a todo lo que huela a la banda rival. Hay que acabar al precio que sea con esa política de «leña al mono hasta que cante flamenco» de una banda contra otra, porque lo único que hacen LAS DOS es perder el mérito del arduo trabajo que realizan… cada una en sus posibilidades… cada una con su antigüedad… y cada una con sus aspiraciones.
Alguien, desde el Ayuntamiento debería tomar cartas en el asunto y, como una madre que quiere a dos hijos por igual, y les ve dándose de hostias a cada momento, plantarse y sentar a una representación de ambas entidades y, aunque sea con la amenaza de dejarles sin el «pan y nocilla» (léase subvenciones) a ambos, obligarles a encauzar sus relaciones por el camino del entendimiento y el respeto que merece la labor que hacen, y que nunca olviden que la música es el instrumento que históricamente ha unido a los pueblos.
Perdonar y olvidar es la mayor grandeza que tiene el ser humano… sin rencores, sin tener en cuenta el pasado…, sino con un solo objetivo y un solo fin: la música… la primera de las antiguas seis grandes artes y de la que la ciudad de  Torrevieja tiene el privilegio y el mayor de sus exponentes en sus dos bandas de música.

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