Tiempos de fotos

La cantidad de cosas que pasan para que no suceda nada, o al revés. Suceden, y como si nada. Cruzamos los dedos o rezamos al Señor, según quién, para que a los hombres y mujeres no les dé por matar y matarse de manera gratuita e inútil, pero no. Todos los días escenas de sangre y de vergüenza. En las calles y en la tele, porque las grandes productoras de cine y televisión hacen mucha caja encargando a los guionistas «lúcidos» para la pela, más que geniales, «fenomenales» argumentos, sólo atiborrados de violencia y odio, sexo y droga, miseria en lo moral y, por supuesto, ni siquiera una pizca de Dios. Y los G-20 o los G no sé cuántos de saludos, comidas y fotos. Porque es el tiempo de las fotos conmovedoras y sugerentes, porque también vivimos en un mundo de fotos… ZP en Nueva York, poeta en Nueva York, como Federico; Berlusconi, caballero de donas, seductor en el gesto pícaro de sonrisas y que maldita la gracia que le hace al marido Obama…; Gallardón, que ha picado por segunda vez llevando a Madrid y España ilusionados en el intento de convencer a una pandilla de personajes sombríos y figurones, cuando tenían tomada la decisión desde muchas pretéritas semanas o quizás meses… La señora del burka, la de la otra civilización que deseamos aliada, entrando y saliendo de un juzgado… La de los piratas de ahora, de verdad y que hacen pupa, que no los de antaño de nuestros cuentos y novelas primerizos… Mucha foto, mucha, y saludos y apretones de manos… Muchos. Planea por encima de nosotros una sensación rara e inquietante. Porque no nos damos cuenta, o no queremos, de que navegamos sin timoneles… Qué quieto se queda uno cuando lee a Juancho Armas desentrañar nuestros tiempos hipócritas que te remiten, mira por dónde, a los bíblicos del fariseo del rostro blanqueado y las filacterias. Dice el escritor que por lo general «en tiempos de impostura, la gente se queda con el perfil del impostor, pero no saca consecuencias morales…». ¡Madre mía! ¿Consecuencias qué? El Director del Instituto de Centros de la Educación de la Universidad de Murcia, Manuel Esteban, al hilo del asunto, en trabajo publicado recientemente, analiza precisamente los comportamientos actuales de la sociedad. Ve necesario que desempolvemos los «más primitivos principios recibidos y asumidos en la familia, la escuela y la cultura» para no caer en la trampa de que todo vale y nada va a cambiar. Los dos escritos que a mano tengo no tienen desperdicio, pero yo me acuerdo entonces, para terminar, de nuestro Papa Benedicto y su alegato contra el relativismo moral que nos atenaza.
Y nuestra ciudad, como siempre, en marcha. Casetas de libros en el paseo, programa cultural de categoría, flamante Premio de Novela de hogaño, pasarelas a gogó en la calle Caballero de Rodas de nuestra amargura (aunque, pensándolo bien, ojalá no sólo ésta, sino todas, fueran a ser hermoseadas y aceradas)…
Y este fin de semana, triduo a la Pilarica con su Misa Solemne y con la presencia tradicional de nuestra Guardia Civil. Y que incluye concierto del Orfeón Municipal del maestro Bustillo.
Y no olvidaré anunciarles la manifestación del otro sábado día 17 en Madrid en defensa de la vida. De la vida de un ser pequeñito, que por pequeñito es el que más protección necesita. Los otros, los que nacen cruzando una raya en el tiempo, sí que se ven colmados de regalos y cariño. ¡Qué raya tan tremenda!

JortizrochE

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