Ojala que llueva café

Alejandro Blanco
Ejecutiva Local PSOE Torrevieja

Mirad que lo dije. Que la experiencia es un grado. Que estamos en la cima de la civilización, en el punto mas álgido de la cultura tecnológica. En una era donde no hay neanderthales porque hay una especie que abunda por Torrevieja que ya está en la fase «sapiens sapiens resapiens». Ellos ya sabían que, cuando una depresión de carácter no frontal tiene lugar en latitudes medias, una bolsa de aire polar puede quedar aislada del resto y acabar provocando una gota fría. Hasta aquí, bien. Lo que no sabíamos era que lo mejor en estos casos es ponerse al pairo porque la Diosa naturaleza es así y no hay que provocarla, ya que quien la provocaba termina mal. La gota fría y sus consecuencias no son fruto de un viento a velocidad ciclopédica, ni del aumento de la temperatura del Mar Mediterráneo por contaminación, de la que somos partícipes, ni de la negligencia por no prever con tiempo, por poner algún ejemplo. La culpa fue de un Gobierno central obsesionado en lastimar a Torrevieja implantando toda una desalinizadora para hacer llegar agua en la calidad óptima para que la pueda beber todo bicho viviente. Y nos hemos pasado. Teníamos tanta gana de dar agua que anegamos Torrevieja hace unas semanas. La culpa de las inundaciones la tiene la desalinizadora. Y lo dicen así, sin ponerse ni «coloraos».
Os lo dije en todas las reuniones. Algo se nos escapa. No puede ser que lleguemos nosotros y, en un pis pas, aprobemos un plan alternativo para dar agua y que nunca apoyaron los amigos del bigotes. Puntualizo lo del bigotes. Cuando digo bigotes, me refiero al antiguo presidente del Gobierno, aunque hablo en pretérito porque me dicen las malas lenguas que ya no usa, que no es «chic».
Me tildasteis, compañeros y compañeras, de pájaro de mal agüero. Pero ahí lo tenéis. Tenía razón. Ahora tenemos que soportar las soporíferas ruedas de prensa de un veinteañero en el cargo, pasándonos factura recalcando que la culpa de las inundaciones de Torrevieja es nuestra. ¡¡Y hasta con papeles nos lo demuestra!! Que antes no pasaba. Que todo iba bonito. Que había previsión a la hora de desarrollar un plan de desagües en paralelo con la bestialidad de viviendas que se construyeron en tiempo récord. Si es que…
Ya estoy temblando, porque me temo que la siguiente noticia será que nosotros somos los culpables de que un chicón se pegue el piñazo a 300 por hora en la curva 17 para que Briatore no estuviera en Valencia, simplemente por provocar. Si no hay quien pueda con nosotros.
Cualquiera dice ahora que se me ocurren 500.000 razones literarias para comerme un bocadillo detrás de una pancarta que reclama menos samba y más trabajar. Acabo recomendando un libro: «Aprovechamiento de aguas pluviales», de Ibáñez, perdón, no sé en qué estaba pensando, de Sergio Fernandez Rodriguez.

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