A vueltas con la valla

Ya son… TRES. Tres los años que venimos padeciendo las incomodidades del cordón sanitario, más conocido como «la valla», para las obras que, en la pedanía de La Mata, ni están ni se las espera a medio plazo. Con el tiempo, nos vamos acostumbrando, aunque no dejan de surgir novedades. Desde hace más de un año, venimos observando que, cuando soplan vientos del Norte o de Levante, lo que no es nada extraño por estos lares, los dos tramos de valla de mayor altura y más próximos al bloque se mueven, produciendo un desagradable y preocupante ruido variable, en función de la intensidad del viento, que, sin duda, entre otras cosas de mayor importancia, no facilitará la conciliación del sueño a los vecinos más próximos. Algunos de los tornillos de sujeción de los postes que mantienen los referidos tramos, como consecuencia de los vaivenes a que les someten las ráfagas de viento, sobresalen como 1 cm. del suelo, e irán «in crescendo», porque los tramos en cuestión se encuentran deformados en su unión. Esto es comprobable. La pregunta es: ¿durarán mucho en pie? El tiempo lo dirá, con el paso de otros cuantos temporales. Esperemos que no haya que lamentar daños personales.
Al escriturar la compra del apartamento a primeros del año 1997, se nos entregó un plano de cada una de las cuatro plantas, donde se ve, sin lugar a dudas, que uno de los límites era con la calle que serviría de separación con la fase II, precisamente el solar protegido por la incómoda y polémica valla.
Debía de ser finalizado el primer semestre del año 1999 cuando se fue ocupando un bloque de apartamentos en las cercanías del nuestro, pero en otra parcela, separada por una calle municipal. Los primeros ocupantes venían a nuestra zona de ocio, con los que la compartíamos, en principio, sin mayores problemas. Por ellos nos fuimos enterando de que el bloque en cuestión lo denominaban como la fase II de Pinada Beach, con lo que nos vimos sorprendidos desagradablemente. Parece ser que, por razones no precisamente caritativas, sino más bien espúreas, el representante de la constructora hizo un «cambalache» con una inmobiliaria, hace tiempo desaparecida, por el cual le cedió el solar para construir, a cambio de los áticos de la futura construcción, y algún que otro apartamento, se dice que de nuestro bloque (fase I de Pinada Beach). Personalmente, cuando tengo que referirme a la nueva construcción, la denomino como la «fase X», porque la II está por construir, por lo que, entre otras cosas, me siento engañado. Dicho como califico yo a la fase de referencia, en el futuro intentaré opinar cada aniversario por este medio, pero cambiaré la figura retórica del «cordón sanitario» por la de «monumento en metálico a la especulación».

Julián Carrero Gómez

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