Torrevieja y sus fantasmas

Antonio José Vera Ortigosa
Comisión Ejecutiva Local PSOE Torrevieja

La pantomima realizada días atrás por parte del alcalde y sus concejales delante de la futura Tesorería de la Seguridad Social es una muestra muy clara de cuál es la forma de hacer política del PP. La foto delante de la reja es el enésimo montaje perpetrado por el alcalde Pedro Ángel para engañar a los ciudadanos de Torrevieja. Engañar, por un lado, diciendo que el Gobierno de España la tiene tomada con nosotros y que su única obsesión es perjudicar a Torrevieja y a los torrevejenses; precisamente este Gobierno, que es el que más ha invertido en esta ciudad desde que Carlos IV la fundara en 1803. Y, por otro lado, engañarnos fingiendo que gracias a la foto y a su presión la oficina se va a abrir de inmediato. La oficina, gracias al Gobierno de España, está a falta de unos permisos y su apertura es cuestión de semanas. Y él lo sabe porque, como alcalde, esta siendo puntualmente informado por la Delegación del Gobierno.
La desvergüenza política de la que este señor hace gala nunca ha tenido límites, y el uso que ha hecho de esta ciudad en su interés y en el de sus amigos a lo largo de tantos años ha provocado innumerables daños tanto económicos como sociales; daños que han hecho que el deterioro económico torrevejense por culpa de la actual crisis sea mucho peor que el de los municipios de nuestro entorno y que su salida de ella se vaya a retrasar más en el tiempo. No sólo por estar casi en bancarrota y no tener capacidad de maniobra inversora, sino porque no tiene ni la más remota idea de cómo reactivar la economía local, y, además, dudo que le importe lo más mínimo la situación en la que quedemos cuando se vaya dentro de 2 años.
Por eso, no entiendo que se atreva siquiera a hablar de fantasmas. Andar a las 8 de la tarde por Ramón Gallud, el centro neurálgico de la ciudad, es lo más parecido a pasear por una ciudad fantasma; La Plasa, el mirador de la Casilla, el Pascual Flores, el supuesto conservatorio, el balneario de lodos y Marina Salinas son sólo unos ejemplos de los fantasmas que él ha creado ya en Torrevieja. El hecho de que, por su culpa, las arcas municipales estén pobladas sólo de telarañas y fantasmas del pasado lo vamos a estar pagando durante décadas.
Espero y deseo que él mismo se convierta lo más pronto posible en un fantasma más del pasado. Y que podamos todos pasar página y dedicarnos a pensar y a trabajar en el futuro de Torrevieja, que es lo que de verdad nos importa. A nosotros, no a él.

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