Murgas y chirigotas

Adoración Fernández Navarro
Ejecutiva local PSOE Torrevieja
Concejal Ayuntamiento de Torrevieja

Hace unos días, tuvo lugar en el Teatro Municipal el concurso de murgas y chirigotas carnavaleras. Me llevé una grata sorpresa, pues todos los participantes se han superado de nuevo con creces respecto a la edición anterior, y el éxito fue rotundo. Todos ellos demostraron una profesionalidad y una puesta en escena magníficas. Originales y con gran sentido del humor, nos hicieron pasar una tarde divertidísima. El resultado fue que los premiados se ganaron a pulso un triunfo que, con muy buen criterio, les otorgó el jurado. Felicidades también a las presentadoras, Loles y Finuca, que estuvieron geniales.
Este festival murguero es un ejemplo más de la gran capacidad de los torrevejenses para reinventarse y adoptar una costumbre geográficamente lejana. Que se alcance tal nivel cualitativo en tan poco tiempo hace imprescindible su promoción como otro pilar de la oferta carnavalera de la ciudad, junto con los desfiles y el concurso de Drag Queens. La rentabilidad turística que se le puede sacar es grande y puede ayudar a diversificar la imagen de Torrevieja.
Sólo un «pero», creo que los premios se quedaron cortos ante la calidad de los participantes: 400 euros al primero, 300 al segundo y 200 al tercero es simplemente ridículo. Y más si lo comparamos con las dotaciones de otros eventos locales como la del Premio de Novela, donde dilapidamos anualmente casi 500.000 euros.
Espero y deseo que el festival dé un paso adelante en todos los aspectos el próximo año. Será entonces una oportunidad más de sobrellevar un presente complicado y de ayudar a garantizarnos un futuro mejor.

1 comentario

  1. Este año los participantes han dejado el listón bastante alto. «Los sangochaos», no tienen nada que envidiarle a cualquier murga de Cádiz, son muy buenos. El premio, teniendo en cuenta la situación de crisis, me parece que está dentro de lo razonable, lo que no me parece razonable es el despilfarro del otro premio. Si el país tuviera una buena y sobrada economía, no habría ninguna objeción de este esplendor, pero creo que no son tiempos de ostentaciones.

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