El patrimonio de Camps y el del alcalde torrevejense

Antonio Ruiz Sáez
Vicesecretario general Comisión Ejecutiva Local PSOE Torrevieja

La semana pasada se hizo público el patrimonio de los diputados autonómicos y una de las declaraciones económicas que más ha llamado la atención ha sido la de nuestro «queridísimo Hijo Adoptivo» y la del alcalde de Torrevieja; el uno por el poco dinero que tiene en el banco -por eso le pagaban los trajes- y el otro porque sólo tiene un millón de euros. Tengo la sensación de que los señores diputados del PP y en especial estos dos quieren tomar el pelo a la ciudadanía, menospreciándola y chuleándose de la misma.
El patrimonio del sr. Hernández Mateo, con sólo 1 millón de euros en el banco, es poco consistente y no me salen las cuentas: si compró unos terrenitos por X y los vendió por cinco veces su valor, una de dos, o es que gasta más de lo que gana (un auténtico manirroto y así nos va en la Hacienda Local), u oculta algún dinerito, o las dos cosas.
La verdad es que me importa bien poco su patrimonio, a no ser que se haya hecho millonario aprovechándose de su puesto de alcalde y de concejal de Urbanismo, con lo de los terrenitos y sus plusvalías en aquella operación realizada con uno de los constructores que más se han beneficiado del «boom» urbanístico de la ciudad. Pero para eso están los tribunales, que son los que decidirán si hay delito, a no ser que aparezca un De la Rua en su vida y le despeje el camino.
No deberíamos permitir que sigan los políticos del PP tomándose a chufla la cuestión de sus patrimonios, ocultándolos y dando a entender a los ciudadanos que son pobres de solemnidad. Lo único que consiguen es degradar la política y a los políticos que no son como ellos, el resto, dando la falsa impresión de que todos los que llegan a un cargo político se infectan con una suerte de virus que les hace dedicarse únicamente a vivir de nuestros impuestos. Aunque puede que sea ésa su estrategia. Así, los ciudadanos honestos se separarán de las cuestiones públicas y dejarán todo el camino abierto para que ellos puedan seguir medrando.