Mala hierba

Antonio José Vera Ortigosa
Secretario Nuevas Tecnologías
CEL PSOE Torrevieja

La instalación de Microsoft en el Hospital de Torrevieja ha supuesto un punto más en la idealización que se está haciendo de dicho hospital, y nos aleja todavía más de la realidad de lo que ocurre en él y en toda su zona de influencia. Olvidamos lo más básico. Que lo gestione una empresa privada significa que su cuenta de beneficios estará siempre por delante de nuestra salud, que el día a día en el Hospital y sus centros de salud será siempre un tira y afloja entre prestar servicios y gastar poco, una pelea que siempre ganará lo segundo, ya que cuanto menos gastas, más ganas.
Para esconder este dislate, el Consell, el gestor y nuestro Pedro Ángel cuentan con 4 factores: con un hospital nuevo e infrautilizado, con un gran programa de gestión -el Florence-, con la táctica de abandonar a los hospitales públicos a su suerte (como el de Orihuela) para desprestigiar a la salud pública y para que miremos mejor a la seudopública, y con una campaña de autobombo continua, llena de grandes proyectos y fotos, pero alejada de nuestro día a día que es lo importante. Lo del Florence, una red informática que actualiza al instante los historiales clínicos y es el eje y lo único bueno de todo este montaje, nos sirve para poner de manifiesto la realidad. Un ejemplo de ella cercano a mí, un niño con la rodilla hinchada y sin poder subir escaleras del dolor. Necesitaron 10 días para hacerle una placa y 22 más para que le viera el traumatólogo, aunque éste tuvo la placa al instante gracias al famoso programa. 32 días para diagnosticar una rodilla. Esa es nuestra realidad sanitaria y la prueba de que los recursos de la sanidad pública no se destinan a velar por nuestra salud, sino a gestionar (despachar) a los
pacientes de forma eficiente y al menor coste, convirtiendo la visita a tu médico en algo parecido a una ruleta rusa.
Lo de Microsoft y lo del alcalde apuntándose su venida es parte del autobombo. La decisión estaba tomada, y los técnicos vinieron sólo a comprobar «in situ» lo que ya sabían. La intervención de nuestro Pedro Ángel se limitó a 2 cosas: a callar y a rezar. A callar cuando su hijo adoptivo Camps se fue en enero a EEUU para intentar que el centro no viniera aquí y se fuera para Valencia. Y a rezar para que Microsoft siguiera anteponiendo sus intereses empresariales a los políticos y personales de Camps y dejara el centro aquí. O lo que es lo mismo, rezó para que el sr. Bill Gates no fuera como ellos, lo cual muestra claramente lo bien que se consideran entre ellos mismos y lo que son.

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