La torre de la dignidad

Javier Manzanares Solivelles
Secretario de Administración CEL PSPV-PSOE Torrevieja

«Yo nací así. No tuve otras opciones», decía un buen amigo, para ahorrarse el esfuerzo de luchar por cambiar. Este gran amigo murió. Tenia un corazón como un camión de los grandes, pero durante la mayor parte de su vida se empeñó en no mostrar una pizca de ese corazón, en mostrar a los demás malos modos, mala educación, y una mala salud de hierro. Y realmente no era así. Difícil de entender, ¿verdad?
Esta semana pasada, por desgracia, me acordé mucho de este amigo tan raro y tan normal a la vez. Me toco vivir una situación de ésas que te recuerdan cuál es la condición humana. Te enseñan exactamente cómo no debes de actuar, comprendes cómo no debes hacer las cosas y te das cuenta de que todos somos parecidos sin parecernos en nada.
Una persona, a la que conozco desde hace muchos años, actuó sobre otra, a la que conozco menos tiempo, pero lo suficiente como para haberme hecho una idea de que es «buena gente». Y lo hizo de una manera tan repugnante, tan cobarde y tan cínica, que se me hace difícil comprender. Entenderlo lo entiendo, y entiendo tus motivos, pero para mí ha sido incomprensible, mezquino e indigno de cualquiera que sepa separar el bien del mal. Evidentemente, todos tenemos nuestros problemas, y más ahora, con la que esta cayendo, pero hacer daño, obedeciendo a órdenes de terceras personas, me parece de una desvergüenza de tal calibre que creo que es indigno incluso de ti.
La vergüenza sí sabrás con el tiempo lo que es. La educación y la moralidad son cuestiones que se van adquiriendo desde muy jóvenes. Uno no nace educado; sin embargo, con la ayuda de tu familia, tus amigos y nuestros maestros, se van adquiriendo estas cualidades para poder convivir en cierta armonía con los de tu especie. También para conseguir una escala de valores con los que sentirse satisfecho de uno mismo o misma. Tú, y sabes que me dirijo a ti, no estás en disposición de convivir con nadie. No creo que jamás te dejen entrar en la torre de la dignidad, y cuando tus amigos y amigas te abandonen, que no dudes que lo harán, porque la amistad está basada en valores que no tienes, será ya muy tarde, y te darás cuenta de que todos se han ido. Y, ¿sabes una cosa?, a pesar de tener otra opción, te lo habrás merecido.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*