La visión de lo femenino que nos llega de raíces muy antiguas Teresa de Ávila

Tras una visita a fondo de la exposición «Camí cap a la igualtat», que comentamos la semana pasada, en que, obviamente, se citaban mayormente las opiniones de las mujeres, hubo un puñado de hombres que se atrevieron a dar también su punto de vista sobre el tema y a mí no me importaría ser ahora uno de ellos, aunque con citas tan sólo de ellas.
Habrá que reconocer de antemano y sin ambages que, en contra de lo que se suele decir, las mujeres han contado con representantes máximos en las letras (Emilia Pardo Bazán) en las ciencias (Florence Nightingale) y en las artes, por mencionar unas pocas, como se ilustra brillamtemente en el catálogo que ha presentado la coordinadora de la exposición, Nuria Trincado Camino. Se afirma de Teresa de Ávila (1515-1582) que tenía pies de plomo, aligerados con plumajes que le ayudaban a escalar alturas. Su visión de las mujeres de su tiempo es crítica, más bien benevolente, y uno de sus dichos le resume como mujer de sentimientos concertados con muchos años de experiencia: «Aunque no seamos buenas para aconsejar, a veces acertamos», porque «si bien somos débiles, pero esta debilidad se guarece en nuestro propio corazón». Convendría también citar el ejemplo de la mítica Magdalena que ha dado pie a una nueva forma de leer los antiguos códices si es cierto que fuera la depositaria de una tradición feminista cuidadosamente ocultada durante generaciones.
En mi caso, me veo obligado a recurrir al tema de mis investigaciones para las universidades de Cambridge y London sobre las ideas neoplatónicas de quien fuera conocida como «la primera mujer moderna», por su oposición al machismo del Decamerón de Giovanni Boccaccio, con sus historietas del Heptamerón. De la corte renacentista de dos reinas de Navarra, Margarita y Juana, se atrevió a decir William Shakespeare: «Navarra shall be (será) the wonder (maravilla) of the world».

HECHOS Y DICHOS
Lo único que podría decir de las mujeres es que aquello que ellas aman se les viene siempre a los brazos. Teresa de Ávila

PROVERBIO DE ANTES
La mujeres a veces parecen estar de sobra, pero se les echará de menos cuando falten.

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