El «modelo Torrevieja»

Todo empezó en la antesala de un programa de deportes de TVT donde estoy de tertuliano. Una conversación con Daniel Plaza me llevó a confeccionar un estudio de captación de árbitros de fútbol. Conversaciones con directores de IES me llevaron a salones de actos donde ofrecí charlas a alumnos que fueron convocados todos los miércoles desde las 19:00 h. a 20:30 h. en la sala de prensa del Palacio de Deportes, que previamente había sido solicitada al concejal de Deportes.
Así las cosas, teníamos un lugar donde poder reunirnos, un lugar espacioso, con pizarra, bien iluminado y con un proyector que, dicho sea de paso, también solicité por escrito. Estaba solo en esta aventura y creí oportuno apoyarme en un ex-árbitro de Torrevieja, popularmente conocido como «La Máquina», quien me ayudaría en el tema audiovisual. «Arbitrum.com» fue nuestro referente.
El primer miércoles fueron 10; la segunda semana, 14… Llegó un día en que me junté con 23 alumnos, 5 de ellos eran chicas, y sus edades comprendían entre los 13 y 30 años.
Se hizo propaganda en Internet, siendo de gran importancia el compromiso del Ayuntamiento con la presentación del curso por medio de una rueda de prensa en el salón de actos del Consistorio, con la presencia del edil de Deportes y el delegado de árbitros de fútbol de Orihuela. Se realizaron pruebas médicas y físicas obligatorias, y se consiguió un grupo de 15 árbitros aptos para poder continuar con el curso. El método iba por buen camino, pero sabía que todo el trabajo realizado podía venirse abajo si no me reciclaba (es cierto que llevo más de diez años fuera del mundo arbitral); compré libros, imprimí reglamentos de fútbol 11 y 7, eché mano de supuestos de actas -antiguos pero válidos-, y desde Orihuela me sirvió la presencia de Barraquel para poder contactar con Valencia. Supieron de mí, y en una ocasión el profesor de Reglas de la zona de Alicante me trató como un «ilegal» dentro del mundo arbitral. Después de mi pasado tan conflictivo, era normal que me sucediera algo así. Cuando le comenté que yo dependía del Ayuntamiento y no de la Federación se quedó más tranquilo. Y yo también.
Aunque no me podía quejar, aún sentía que seguía faltando algo. El nivel adquirido por mis alumnos era bueno. Machacamos reglamentos y actas, pero no estudiaban, y así no podíamos ir a ningún sitio; entonces planteé el tema de hacer prácticas, por lo que pensé en Casimiro Torres para que mis alumnos pitaran en las Escuelas Deportivas de Fútbol. Y así fue: todas las semanas había partidos que pitar, amistosos y no tan amistosos; en las Escuelas Deportivas de Teulada, en los Juveniles de Los Alcázares, Cadete Pablo Iglesias de Elche… Muchos de ellos con jueces de línea (árbitros asistentes). Éste fue el detonante de que viera en mi interior futuros árbitros y líneas con proyección. Es más, seis de ellos llegaron a salir del término municipal, pitando y ayudando como jueces de línea, de forma remunerada, en San Fulgencio. Los pitos y banderines eran amortizados de esta forma, aunque los últimos los compré yo, modestia aparte.
Ahora sí, señores, ya hay futuros árbitros en Torrevieja. Unos doce alumnos irán a examinarse en septiembre, y estoy seguro de que aprobarán por el nivel adquirido. Y lo más importante: TODOS han pitado y hecho de jueces de línea de 3 a 4 partidos en los que yo he estado corrigiendo, enseñando a colocarse, a tener presencia, a utilizar las señales de los brazos y banderas, el sonido del pito… y, en definitiva, a SABER ESTAR.
Ha sido, sin duda, un placer poder trabajar con ellos. Me han enseñado mucho más de lo que yo he podido enseñar. Y quede claro que, si en un futuro necesitáis un pequeño empujón para vuestras sanas aspiraciones en ese complicado mundo arbitral, podéis contar conmigo, como hasta ahora.

Joaquín Gómez Gómez
Ex-arbitro

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