Esto no tiene nombre nº 442

Ante tanto egoísmo disimulado en este tipo de sociedad, una noticia como la de la implantación de nuevas estructuras y dotaciones para atender enfermos con patologías mentales es muy bien recibida; máxime, cuando más de uno somos candidatos a engrosar las listas para el acceso a dichas instalaciones. Felicito por ello a la ciudadanía, por dedicar recursos para los más desfavorecidos, y ya sabemos que cualquier esfuerzo en esa dirección es poco. Somos el conjunto de ésta, con nuestro trabajo (o sin él), los que realmente hacemos esto posible. Por ello les pediría el agradecimiento para quien realmente corresponde y que nunca sale en la foto; léase, la sociedad valenciana en su conjunto. Que yo sepa, nadie ha puesto dinero de su propio bolsillo para algo tan necesario. Basta ya de la coletilla de: «el alcalde ha «dao» esto o ha «dao» lo otro». El alcalde no ha «dao ná»; más bien al contrario, parece que su patrimonio durante el ejercicio de la función publica que desarrolla ha adquirido un enriquecimiento que posiblemente le corresponda en derecho pero sometido a sospecha. Salir en la foto para transustanciar el esfuerzo de todo un pueblo en rédito electoralista y clientela política es chulearnos. No todos los políticos son corruptos o «aprovechaos», ni todos los que criticamos somos unos enemigos del pueblo que llevaremos España al desastre; porque España ya es un puto desastre. De eso no se puede culpar a los que nunca han gobernado, ni a cierta oposición que ni siquiera tiene acceso a la documentación gestora de las actividades económicas de los Ayuntamientos de muchos pueblos y ciudades que gobierna el PP. Pidan ustedes cuentas. ¿Dónde está accesible el desglose de contratos mayores y menores de la actividad de contratación de obras y servicios? ¿Son públicos esos datos? ¿Están blanco sobre negro? Yo quiero saber el nombre de las empresas, qué contratos y en qué cantidad disfrutan esas empresas adjudicatarias. Tenemos derecho a poder dirigirnos a ellas los desempleados, simplemente por curiosidad o para elaborar estudios estadísticos. Lo natural es que el ciudadano disponga de datos. No se preocupen, sabemos manejar datos, los ciudadanos no somos tontos.
Perversión de una democracia de mínimos… ¡Eso tenemos!

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