Siempre guerra.

Hasta veintinueve personajes europeos están en la foto de Bruselas de hace dos días decidiendo que la muchachada militar, algunos no serán tan muchachos, se desplomen en picado desde los cielos de Libia con sus aviones supersónicos en busca de material bélico que destruir. Hasta en los chistes se dice que los misiles son tan inteligentes que no le harán daño a persona alguna según dictado de la ONU. ¡Qué grandes somos!…
Pero yo observo en la foto, que falta el que manda de verdad y que, con displicencia, le habrá dicho a Hillary Clinton, que esté allí en la pomada para enterarse de lo hablado y por si alguno comete algún disparate por exceso o por defecto. Y quién manda de verdad, hace bien en ausentarse porque si todos los tontos reunidos, resuelven el caso, qué necesidad tiene él, de perder el tiempo. Y si los tontos-listos no lo resuelven, sabe que lo llamarán a él en última instancia como han hecho otras veces, pues las barcazas de desembarco serán las suyas y los muertos si los hubiera, también.
Sí estaba en la foto nuestro Presidente impulsor de la Alianza de las Civilizaciones, (¡que cacao tengo en la cabeza por su culpa!), con sus poquitos barcos de guerra apuntando al Gadafi, ese personaje que parece salido de la corte de Faraón y con el que se paseó cogido de la mano hace poco en Madrid por jaimas y palacios…Cosas veredes Sancho, le dijo el Don.

Pero cambiemos de tercio y comentemos igualmente que los otros de Bruselas, los jueces imponentes, y con carácter irrevocable, han dictaminado que el crucifijo no será prohibido en los lugares públicos, porque –me supongo que entre otros muchos argumentos- “no significa adoctrinamiento alguno”. ¡Qué lucidez, madre!. ¡Cuánto sentido común!…Por fin han descubierto  la huella del cristianismo marcada en su vieja Europa por los siglos. Y me alegro porque en España es todavía mas elocuente aunque sangre costara. Que pocos años después de ser invadida por el Islam, en ayuda de no se sabe quién se la pidió, un tal rey Don Pelayo empezó en Covadonga otra etapa, la de la Reconquista por los que aquí estaban ya, y que eran crisol de muchos pueblos y culturas también con la huella profunda de su cristianismo. Que lo del Andalus es un cuento inventado por algunos poetas soñadores y mentecatos del siglo pasado que solo olían el azahar en sus sueños de juegos florales. De convivencia feliz nada y sirviendo sólo en estos momentos de bandera ideológica para una nueva expansión.

Casi se nos va olvidando lo de tantos muertos en el maremoto de Japón. Y se nos olvidan, ya en nuestro país, todas las crisis superpuestas…La del mercado laboral y el paro, la financiera de bancos y cajas, la crisis de la ETA que no deja las pistolas ni a la de cuatro, el “superavit” del Estado y el de las autonomías, la profanación en capillas católicas…la de…

Es la puñetera guerra de nuevo.

JortizrochE

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