Gerardo Garrido
Estimados contribuyentes torrevejenses, digo yo, y lo dejo a su criterio, la que se nos viene encima a los demócratas, después de leer la soflama del que aspira a ser futuro alcalde de Torrevieja, sr. Eduardo Dolón, en la presentación de la candidatura del Partido Popular, que él encabeza, a las elecciones municipales del día 22 de mayo. Leo con asombro e indignación que este elemento diga que ellos son «el trabajo y el futuro», frente a las alternativas del «rencor y el odio». Hay que ser un fariseo para decir semejantes barbaridades. Parece que el sr. Dolón no entiende que en democracia no vale todo y el respeto al adversario político es fundamental en el juego democrático, donde los ciudadanos tienen la última palabra con su voto. Quiero recordar al sr. Dolón -mal que le pese- que él en este momento quiere seguir representando a los imputados por corrupción del caso Gürtel, al actual alcalde, el mancebo, sr. Hernández Mateo, que, por lo que dicen las «malas lenguas», se ha enriquecido con el «presunto» pelotazo de los terrenos de Almoradí, o en el caso Brugal, donde el negocio de las basuras es rentable para todos los artistas del PP, que se están enriqueciendo con la «mierda», con perdón; eso sí, todos los servicios públicos privatizados para forrarse a cuenta de todos los contribuyentes. Otra cosa es que los servicios fueran públicos, para eliminar a estos vampiros de guante blanco, que no hacen otra cosa que esquilmar a la Hacienda Pública. Este sr. Dolón también es defensor del imputado sr. Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, donde el paro y la corrupción son los más altos de España, y donde en Torrevieja hay 10.000 parados. Tela marinera con su «trabajo» y su «futuro». El sr. Dolón habla de «odio y rencor», pues debe de ser que este señor confunde el tocino con la velocidad, cosas incompatibles con la democracia. Lo que sigue sin entender el PP es que, en democracia, los partidos de la oposición están para controlar democráticamente la gestión del partido «que sea» en el Gobierno municipal, que para eso les ha votado una parte importante de los contribuyentes torrevejenses -como a ellos-, y demostrarles que Torrevieja no es un cortijo privado PP. Les molesta que les «saque los colores» la oposición y, en particular, Izquierda Unida, que son los que más se «mojan» en este control de saber a dónde va a parar el dinero que todos los contribuyentes pagamos con nuestros impuestos, al día a día, pues la última liebre que ha salido, parece ser, por ejemplo, el sr. Albaladejo. A ver si se aclara este asunto y, si es verdad, que le lleven donde se merece.
Ellos llaman odio, rencor y Frente Popular porque no quieren que se tire de la manta y que la ciudadanía sepa sobre la deuda municipal, que asciende a 70 millones de euros, del atraco del Pascual Flores, de los miles y miles de euros dados a Calatrava, los regalos de 3 millones y pico de euros a Acciona, los millones al Museo de la Semana Santa, etc. O los millones que se llevan entre asesores, tela de araña y estómagos agradecidos, montados a la sombra del poder municipal del PP en su largo Gobierno municipal en Torrevieja. Veremos a ver qué pasa el día 22 de mayo.
Un aplauso para el sr. Bueno, director de Colesterol Teatro, por su valentía en su denuncia sobre el Nuevo Auditorio y lo mismo para el representante de CCOO, sr. Jesús Valero, por poner algunos puntos sobre las «íes» sobre la suciedad existente en Torrevieja a día de hoy. ¿Hasta cuándo? Al tiempo.
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