José Manuel Martínez Andreu
Éstas son las primeras líneas que escribo sin la amenaza del terror. Es la Noticia. Estamos de enhorabuena y no puedo más que celebrarlo antes de darle forma a mis otros pensamientos. Creo que es de obligado cumplimiento. Es lo que siento.
Nos encontramos a menos de un mes para acudir a las urnas, si acudimos, como cada 4 años, para elegir al próximo Gobierno de la nación y a su presidente sin que nadie dude de la victoria del PP y de Mariano Rajoy, ni siquiera en el PSOE. Nosotros, los ciudadanos, detentores de la soberanía popular, nos encontramos ante un dilema: ir a votar, no ir a votar, a quién, a nadie, en blanco, a la derecha, a la izquierda. Dilema aderezado por el estimulante impulso del movimiento ciudadano del 15M, de los indignados, de los estafados, de los desahuciados, de los engañados, de los desesperados, de los decepcionados, de los utilizados, en fin de los y las…, pónganle el nombre que quieran, el que más y mejor defina su situación o su estado de ánimo actual. Dentro de la alarmante atonía de nuestra sociedad, este movimiento y sus acciones son lo mejor que nos ha ocurrido desde la transición. Es una ducha de agua fresca sobre nuestras conciencias para que demos algún signo de vida en una sociedad que veíamos agonizante, belenestebanizada y amorfa. El foco de la más que justificada ira se dirige a banqueros y políticos, fija el objetivo en los mercados y en sus fieles sirvientes, eso sí, salidos de las urnas. Sí, están ahí por nosotros, los hemos votado. De nuestra elección dependen partidos, su financiación, dependen puestos de trabajo público, en forma de diputados y senadores con sus respectivos séquitos de asesores varios. ¿Cómo recuperar la soberanía del pueblo y no ser instrumento de esta soberana estafa? ¿Está en nuestras manos?
En la parrilla de salida, en primer lugar, está el PP. Representa a la derecha de siempre, la legítima, sin artificios ni disfraces socialdemócratas y, no podemos obviarlo, le votan miles, millones de trabajadores. En su esencia está el gobernar por genética, como Dios manda, así lo ha dicho Rajoy. Son los que piensan que los hijos e hijas de trabajadores deben asumir cuanto antes su condición, que no hay que malgastar el dinero público en su educación y formación y que tienen que subirse al andamio más pronto que tarde. Es simple pero demoledor: el poder pertenece a los que han nacido para ejercerlo y sólo se pide a los otros, a los súbditos, que no muerdan la mano que les da de comer, que por ser un dicho cruel y humillante no deja de ser cierto. En el imperio del miedo no sólo algunos no la muerden, sino que la lamen, la relamen y la votan. Es una opción y será la mayoritaria.
Pero, supongamos que llevados por nuestra indignación, no acudimos a votar con el noble propósito de no participar en este simulacro de democracia donde no se cumple el axioma un hombre/una mujer=un voto. Como si así, con nuestra ausencia, escupiéramos sobre la cara de los políticos, de los partidos. En un gesto de repulsa por haber sido unos corruptos, por hacerse ricos, por incumplir sus promesas, por no darnos explicación alguna durante cuatro años, por no consultarnos siquiera, como si les hubiéramos firmado un cheque en blanco. Bueno, es una opción y que parece atraer a muchos. Pero, porque tiene un pero, de ese modo, beneficiamos a la mayoría. La abstención engorda los resultados de los partidos mayoritarios y nuestro propósito tiene un efecto «boomerang». La cara que se mancha, la cara escupida es la nuestra.
Podemos entonces pensar en optar por el voto en blanco. Introducir un sobre sin papeleta con la firme intención de despreciar a todos los partidos políticos, su sistema de vida privilegiada, su adoración a mercados y mercaderes, su continuo olvido de los electores y de la democracia real. Venga, llenemos pues las urnas de papeletas en blanco, fastidiemos sus conciencias con el vacío, con la indeferencia, con la repulsa. Creo sinceramente que es un intento noble pero baldío: no la tienen o la vendieron.
Pero yo quiero elegir desde la izquierda, a la izquierda y con la izquierda. ¿Quiénes pueden representarme? ¿Dónde encuentro a la izquierda? Veamos. El PSOE pierde votos a borbotones. A su arteria femoral, con herida abierta muy profundamente por ZP, se han acercado varias formaciones ávidas de esos votos rojos. La sangre azul del PSOE, que la tiene, está a buen recaudo, se transfiere directamente al PP. La lista denominada «RUBALCABA SÍ» intenta taponar la vía roja, la azul está perdida. Evitar la hecatombe mayúscula, no por anunciada menos traumática, es el cometido de Alfredo Pérez Rubalcaba. «Salvemos al PSOE» podría ser el slogan de esta campaña electoral. Y Alfredo promete no volver a hacerlo más. No volverá a ser de derechas. Dación en pago, defensa de lo público, quitar privilegios a ricos e incluso a la iglesia católica, en fin, un programa de izquierdas, tras haber gobernado desde la derecha, con la derecha y para la derecha.
Y después está IU. La recia honradez de Cayo Lara, la innegable buena labor parlamentaria del solitario Gaspar Llamazares podrían tener su recompensa, eso si fueran creíbles. En el País Valencià, a los que luchan todavía por tomar el palacio de invierno se han unido los que simplemente quieren pasar el invierno en palacio. Duermen con su enemigo más feroz desde hace años. En Facebook, un «amigo» me dice que lo que importa son las ideas y no las personas. Programa, programa, programa. Mentira. Algunos firmarían el programa de centrifugado de mi lavadora y en coreano si fuere menester. Ya lo han hecho en otras ocasiones, porque son marxistas, pero de Groucho: «Aquí teneis mis ideas; si no os gustan, tengo otras». No puedo apostar por quienes traicionan principios y personas. Y, en honor a la verdad, EQUO es una amalgama de aristócratas de la ecología condimentados con nacionalismo anacrónico y refugio de repudiados de IU.
Fiaré mi decisión a la credibilidad de las personas, a mi ideología y en evitar que esto sea todavía peor. La expondré aquí antes del 20N, si quieren.
Jose Manuel, creo que tan importante es tener unos principios ideológicos argumentados, como ser capaz de aunar pensamientos y personas similares para un fin común.
Seamos críticos costructivamente porque nos ayudará a avanzar, pero seamos a la vez capaces de no cerrarse a un pensamiento propio sino tratar en mejorarlo con las opiniones de los demás, porque no existe la perfección, tan solo el perfeccionamiento.
PSOE, IU y EQUO, cada uno tiene gente muy positiva, por tanto esforcémonos en unirlo todo, pues si queremos ser capaces de plantar cara al modelo causante de las crisis y los abusos, debemos de ser capaces de luchar juntos, no ya por el bien de nosotros, sino por los ciudadanos.
Un saludo
Un saludo.
Deberías mostrar un poco menos de orgullo gitano y un poco más de vergúenza torera. Bastante tenemos los militantes y votantes con tener que tragarnos, primero la debacle local y luego la impuesta coalición para las generales, para que nos vengas tú, renacido cual ave fénix y reconvertido en todavía no se qué -como si no hubieras sido el primus inter pares de EU- a hablarnos de la credibilidad de Llamazares y de Lara. Lo de los amigos entrecomillados también resulta bastante irrespetuoso, como poco.
Cierta dosis de vanidad es necesaria para la política y muchos otros ámbitos de la vida, pero un exceso es un arma realmente destructiva (y autodestructiva).
«Orgullo gitano», eso encima racistas, lo que os faltaba en las ruinas de EU y el primus inter pares siempre ha sido Jose Manuel Dolón en EU y ha vuelto gracias a gente como tú que ha torpedeado la campaña. Que pena.
nosotros no somos racistas; tu eres cortito.
J.M. Dolón no ha sido nunca el primus inter pares de ningún partido; es el primus a secas.
J.M. Martínez ha hecho la campaña como él ha creído conveniente, y nadie le ha reprochado nada. Y ahora resulta que la culpa va a ser mía… no me toques las narices
La libertad,Sancho,es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encumbre,por la libertad,asi como la honra,se puede y debe aventurar la vida,y,por el contrario,el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres
Muy bien Espandada. Que se habrá creido ese. IU está en buenas manos con Vicente Henarejos, El Maño, Luis López Anguita, Carlos Fominaya, Victor Ferrandez, Jon Juanma y un largo etcetera de personas comprometidas. Viva la República.
Al menos se merece que tengais el valor de salir del anonimato. El será cortito pero vosotros…
Hombre Lenino, nosotros seremos como tú o ¿en tu DNI pone Lenino? Anda yaaa
Cada vez estás más tocao de la azotea, será del golpe.