La logística del dinero se basa siempre en que es imprescindible

 (máximas y graffitti)

Hay temas que, por su inevitabilidad, forman parte de los tópicos de cada día, pero no siempre se tratan debidamente desde el punto de vista de que hay otra manera de formularlos.
Por ejemplo, en tiempos de crisis se aguza la inventiva, aunque las listas de decenas de dichos populares sobre el dinero no las inventaron los ricos. He decidido pararme en algunas de las máximas que delatan su procedencia, pues logran reducir a lo mínimo la observación a través del cristal con que se hayan observado: Un griego vuelve la vista a lo clásico cuando dictamina: «En la necesidad se aprecia más la sabiduría», mientras que el indio se inclina hacia el interior del que lo experimenta: «La riqueza está en el alma»; los italianos, en cambio, quieren ser más prácticos: «Lo bueno cuesta menos que lo malo», aunque el alemán no se fía de lo que aprecia: «Demasiada suerte puede ser mala suerte»; aunque la picaresca priva en nuestras tierras de observación aguda: «Quien tiene din tiene don», y en el Uruguay: «Delante del rico calla el pico».
Resulta igualmente curioso anotar lo que se les ha ocurrido no ha mucho a algunos «squatters» (ocupas) en Nevada, USA, al instalarse en calles sin numeración para que no se metan los vecinos contra ellos: algunos hacen sus dinerillos escribiendo los números de las casas en los bordillos de las aceras con aerosoles en negro o pintando graffitti en los muros en declive: «La libertad es frágil» o «el dinero es inalámbrico en este barrio», y se cita una pintada en la «Savings Bank» del lugar que es la irrisión de los lugareños: «Sólo prestan dinero los pesimistas».
En serio o en broma, mantienen que gracias a que falta el «dindis» se evitan conversaciones más tontas, aunque exponiéndose al doble sentido de los proverbios chinos sobre su ambivalencia pues «cuando el dinero habla alto, la verdad tendrá que bajar la voz».

HECHOS Y DICHOS
La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da. Arthur Schopenhauer

PANCARTA DE INDIGNADOS
Money-Gold: Es mucho para pocos, pero poco para muchos

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