Existen cosas entre los políticos que los de a pie no llegamos a comprender, después de las campañas electorales, donde cada partido expuso, con más o menos claridad, sus programas e intenciones de gobierno y, tras las elecciones donde el pueblo español ha decidido quién debe de gobernar en los próximos cuatro años, después de la investidura del nuevo Sr. Presidente y tras su discurso inicial donde explico las líneas maestras de su programa de gobierno; escuchas unas opiniones que, habían sido preparadas previamente al discurso, y que no tienen ningún sentido ni correspondencia con lo que el orador acababa de decir, o sea, que no habían escuchado nada de lo que este había dicho y solamente pretendían incordiar y desprestigiar al exponente y eso que, este último había pedido la colaboración de todas las fuerzas políticas para salir de esta crisis, así es que, ¿de colaborar? Está visto que nada.
Algún que otro político llevaba preparado su discurso independentista diciendo que él no se sentía español y que se marchaba de nuestro país. Yo pienso que esto es fácil, solamente tiene que hacer la maleta, sacar el billete y adiós compañero que aquí no nos haces falta.
Después de esto y tras algunas medidas adoptadas por nuestro actual gobierno, como la reducción del 20% de las subvenciones a los partidos políticos y a los sindicatos, así como el anuncio del establecimiento de nuevo del impuesto sobre patrimonio temporalmente, ha servido para que el Sr. Rubalcaba pusiera el grito en el cielo, diciendo que el Sr. Rajoy había dicho que no iba a incrementar los impuestos y que estas medidas, incomprensiblemente para mí, no iban a crear empleo, o sea criticar y opositar sin sentido común, pues, ¿que tendrá que ver la harina para comer trigo?
Lo que no ha negado el Sr. Rubalcaba es que ellos nos estaban diciendo a los españoles que el déficit presupuestario era de un 6%, cuando en realidad ha resultado, según el actual gobierno, superior al 8%, este solo detalle, unido al de las arcas vacías, hace que el actual ejecutivo tenga que tomar medidas no previstas para corregir estas anomalías.
Todo esto nos hace llegar a una conclusión y es que, parece ser, es más importante meter discordia y poner zancadillas que colaborar, pues, ¿Cómo critica el Sr. Rubalcaba que se ponga un impuesto a las rentas más altas en el patrimonio cuando él lo llevaba en su programa político? Debería estar contento y complaciente al ver que el gobierno hace lo que él quería y no al contrario criticar lo que él mismo iba a realizar.
Lo dicho, es más importante fastidiar que colaborar y así nos va.
Carlos García
Dejar una contestacion