El Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, junto al alcalde, Eduardo Dolón, y el edil de Deportes, Daniel Plaza, entre otras autoridades, visitó las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Torrevieja, de más de 300.000 metros cuadrados. Cardenal se mostró sorprendido porque éstas concentran una multitud de disciplinas, mientras que Dolón le trasmitió las necesidades y los proyectos de futuro, quedando emplazados para una reunión en Madrid.
Unas instalaciones emblemáticas, envidia de extraños y garantía de calidad de vida de propios.
Aquí se ve donde se ha gastado el dinero, no como en otras partes que se lo reparten entre los amiguetes.
Y de las playas que? nadie se acuerda de mejorarlas pero si de destrozarlas como la playa de los Naufragos, al turista también le gusta que las playas esten ordenadas y limpias e incluso grandes, que se pueden hacer. Saludos.
adelanto un nuevo lema tan efectivo como el de «sal de torrevieja», «paddle de lujo, colegios propios de Uganda».
Webmaster, ¿eres un estomago agradecido del pp.?
Porque c…o recortas los mensajes que no te gustan, porque permites los del bo.. del pedroalcalde.
Si no son de tu agrado no los edites, pero no se te ocurra cortar o eliminar parte de lo que escribo.
Y no he insultado a nadie, constataba una verdad que esta en las hemerotecas.
Por lo tanto deja de jugar a ser dios.
la ciudad deportiva no se hizo con el plan E del gobierno anterior , y ahora doloncillo se atribuye el merito , 29 marzo todos a la huelga
«Unas instalaciones … garantía de calidad de vida de propios.»
Bob…, explícanos más despacio eso de la «garantía de calidad de vida de propios». Es que no lo he entendido muy bien.
No escarmientas, Bob…
Será calidad de vida de propios pero no de extraños? o será que siempre vemos a los mismos? o será que será…
Miguel Cardenal, Secretario de Estado para el Deporte… Pío apellido, basta ya de tanto izquierdista y tanto ateo.
A este secretario de Estado le podían haber enseñado la gran variedad de barracones que tenemos a modo de colegio y podía haberse echado un partidico en las magnificas pistas deportivas del colegio la Purísima, «Perdón», quise decir del colegio público la Inmaculada.