Llegó por fin la primavera, esta preciosa estación del año, en la que todo parece florecer. Esa luz que brilla en los días primaverales, desde sus radiantes amaneceres, impregna el ambiente de alegría y esperanza. Todo se ve de otra forma, más benévola, desde el prisma de estos luminosos días, sobre todo aquí, en esta zona privilegiada, donde la luz es tan especial. Hasta parece que se suavizan los problemas, aunque sigan estando ahí: como el de los padres del Colegio Acequión, tan preocupados porque se acaba el plazo que dio el conseller y no empiezan las obras, ahora que se inauguró la biblioteca justo al lado. Es un optimismo que nos hace valorar positivamente que este nuevo equipo de Gobierno en el Ayuntamiento está intentando hacer las cosas mejor. Suavizan relaciones con entes locales, como el Casino o el Real Club Náutico, acercando posiciones; con GAEx, a quienes les han inaugurado un espléndido local, les felicitamos por ello. Aunque queden por pulir errores, como el de negar un local para celebrar un acto el Día de la Mujer, a una asociación -tal vez por no tener las mismas ideas- y sobre todo hacerlo la víspera del evento, cuando ya tenían hasta los carteles preparados.
Nos intentamos olvidar también, con estos preciosos días, de tanta corrupción que nos cuentan, así como de todos esos impresentables que, presuntamente, se estaban aprovechando hasta del dinero destinado a las ONGs, o sea, a los más desfavorecidos. Quisiéramos olvidarnos también del desastre de la calle Caballero de Rodas, pero es difícil, con la vergüenza y la impotencia que nos produce a todos cada vez que pasamos por ella. Ahora se dice que le van a poner asfalto. Ya veremos. Mientras tanto, disfrutemos mejor de la primavera.
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