Crónica de una memoria histórica (II)

Entró con sigilo en el dormitorio de su hermana, tocó en el hombro al cuñado: «Paco, te llaman ahí fuera». Salió el pobre hombre adormilado y lo empujaron rudamente dentro del volquete. A las 6 de la madrugada eran fusilados, contra la pared del cementerio, 25 hombres buenos, pueblerinos ignorantes. Su única politica era trabajar para mantener a su mujer e hijos, y, en tiempos difíciles, echarse al campo a rebuscar todo lo que pillaban, y traer algo de sustento a los suyos. ¡¡Ése era su delito, su crimen!! ¡Ser hombres honrados, trabajadores y cabales! Genoveva se despertó y bajó corriendo al piso de abajo, donde su hermana Luisa y Rafael estaban llorando, abrazados. Al indagar qué pasaba, le dijo Luisa que Francisco iba camino del paseíllo. La pobre se desmoronó, cayendo al suelo sin sentido. Cuando volvió en sí, las vecinas le dijeron que las tropas preguntaron por Rafael, no por Francisco. Así supo la verdad sobre la traición de su propia hermana, que, con toda su sangre fría, envió al cuñado a una muerte segura, para ella tener a su marido vivo. Genoveva echó una maldición gitana a su hermana, de por vida. Dicha maldición es así: Se cruza el dedo pulgar sobre el índice y se mira al cielo, exclamando: «¡Permita Dios que, por la luz que nos alumbra, no encuentres paz ni reposo en esta vida, ni tú ni los tuyos; yo te maldigo!». Luisa se echó a reír…; que dijera su hermana lo que le diera la gana, pero ella, Luisa, había cambiado el rumbo del destino. Justo al mes de lo acontecido, Rafael cayó debajo de una carreta de bueyes, cargada con troncos para la tahona, muriendo con el tórax reventado. A los pocos días, Luisa empezó a sentir unos dolores tremendos en las piernas: le salieron unas varices tan severas que eran purulentas y se reventaban, hediendo toda la casa a corrompido. Quedó paralítica. Ya ve usted, Don Baltasar Garzón, cómo, aparte de las traiciones, tanto del bando rojo como del nacional, también en las familias había gente malnacida.

2 comentarios

  1. si,yo la conoci y toda su vida estuvo parfalitica—-Era modista y cosia sentada en la cama con aquella makina singer de caballete estrecho k se sujetaba la tela con la mano y el prensatelas y con la otra habia k dar a una manivela,especie de rueda—Mi madre tuvo una asi toda su vida hasta k me regalo a mi la werthen y aquella se la dio a la tia dolores,la mujer de mi hermano josé

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