La contemplación del elefante

Durante la última semana he asistido, no sin cierto estupor, cómo la gran mayoría de los medios de comunicación y las redes sociales abrían apasionados debates acerca de la conveniencia o no de los viajes privados del Jefe del Estado, Don Juan Carlos I. No es que a mí me parezca especialmente baladí el tema de la monarquía, que dicho sea de paso no está viviendo su máximo índice de popularidad; aún pareciéndome execrable la caza de animales por deporte, creo que hay muchos y muy importantes asuntos que afectan al total de la ciudadanía española que deberían ser los que acapararan los titulares y la indignación en las redes sociales.

Espero que no crean ustedes que me refiero al tema de la petrolera Repsol, eso lo considero desde el primer momento una cortina de humo para esconder los durísimos recortes anunciados. Éstos son los que deberían tener en vilo a la población, ya que en el último mes hemos asistido con total normalidad a la merma indiscriminada de derechos sociales y a un paulatino desmantelamiento de Estado del bienestar.

Mientras padres y madres discutimos sobre Repsol, como si alguno de nosotros fuera accionista de la petrolera o hacemos chistes, a veces de dudoso gusto, sobre elefantes y escopetas en nuestra ciudad tres colegios están en barracones, el ministro José Ignacio Wert, que como currículum aporta una amplia experiencia  en investigación de mercados, anuncia los recortes más importantes en materia educativa que recuerda este país, aumentando el ratio de las aulas en un 20%, recortando profesores que tan necesarios son para poder asumir las tareas de diversificación y atención al alumnado con más necesidades y comienza a perfilar una política de educación pública asistencial, especialmente diseñada para que sólo las personas con mayor poder adquisitivo puedan acceder a la educación de calidad y a la enseñanza universitaria.

Esta política de educativa que solo está enfocada a que los hijos de las clases trabajadoras puedan acceder a la educación superior con el esfuerzo familiar (padres y hermanos trabajando para poder pagar la universidad del más dotado) nos retrotrae a un momento histórico que creíamos superado; pero que en tan sólo cuatro meses el actual Gobierno de Mariano Rajoy ha vuelto a poner de actualidad.

Pero no sólo la educación se ve afectada por este tijeretazo al Estado del bienestar; sanidad y justicia también saldrán esquilmadas y las clases trabajadoras y con menos poder adquisitivo pasan de alguna manera a ser ciudadanos de segunda categoría, con menos posibilidades reales de acceder a la justicia o a los tratamientos médicos que necesiten.

Mientras todo esto sucede, los derechos laborales extintos, la educación desguazada, la sanidad y la justicia para los que se la puedan pagar, los grandes empresarios se frotan las manos sin darse cuenta de que están matando a la gallina de los huevos de oro y los ciudadanos más afectados por las medidas nos perdemos en la contemplación del elefante.

 

Viviana Hunter

Presidenta de la Plataforma de Padres y Madres afectados por la Educación Pitorrevieja

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