El otro día escuché, en no sé qué emisora de radio, a un colegio de médicos que se manifestaba absolutamente en contra de negarles la asistencia primaria a los extranjeros que pululan por España sin papeles.
Yo escuchaba atentamente y les daba la razón. Hay que ser solidario y humanitario y yo lo he sido, lo soy y lo seré siempre.
Su manifiesto me parecía bien, muy bien; pero de pronto pensé en algo que no me cuadraba, a saber, España no puede mantener este estado de bienestar y a millones de extranjeros que consumen sanidad y medicinas gratuitas. España no puede desatender a sus hijos y atender a extraños, a pesar de que se le acuse de falta de solidaridad. «La solidaridad bien entendida empieza por uno mismo y por tus propios hijos», tal cual nos enseña el sabio refranero español. No se puede desatender a los españoles que llevamos sosteniendo este estado de bienestar con nuestros impuestos cotizados durante casi treinta años, en mi caso. No se puede olvidar ese esfuerzo que hemos realizado los españoles por mantener nuestro país, sería un tremendo desatino.
De todos modos, estaba de acuerdo con sus argumentos, pero me seguía fallando algo. La mayoría de médicos que trabajan en la Seguridad Social, además, al no afectarles la Ley de Incompatibilidades, cosa que no entiendo, trabajan en sus clínicas privadas. A mí, y de pronto, se me ocurrió que lo más solidario, humanitario y ventajoso para nuestra sociedad agotada y en crisis, era que los médicos, y en la línea de solidaridad que predican, manifestaran que ellos mismos atenderán gratuitamente a los «sin papeles» en sus clínicas privadas durante dos o tres días a la semana. Eso sí que sería un acto de solidaridad digno de admirar y, además, una solución al problema. Eso sí sería un formidable ejemplo de solidaridad para con los inmigrantes y para los españoles, pues asistiría gratuitamente a los primeros y muchísimo dinero ahorrado a la Seguridad Social.
Pero me temo que, como dice el sabio Refranero español: «Una cosa es predicar y otra muy distinta, dar trigo».
Pensando, se me ocurre, y seguramente estaré desacertado, que quizás y sólo quizás, algunos médicos pudieran estar interesados en que estén colapsados los centros de salud primaria, pues de este modo se pueden derivar pacientes españoles a sus clínicas privadas. Todos sabemos que los españoles ahorramos en todo menos en la salud de nuestra familia. Si hay que ir a un «médico de pago», se va y punto.
Seguramente estaré equivocado, pero quiero plantear una idea y que, quizás, ya se esté llevando a la práctica. ¡¡Ojalá!!
Buenos días y salud para todos, todos.
Víctor M. Mengual
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