La madre de todas las estafas

José Manuel Martínez Andreu

En mi último artículo de noviembre del 2011 reclamé mi derecho a la legítima defensa para que mi papeleta de voto frenara la llegada al poder de la derecha absoluta y absolutista. Agua. Me pegué un tiro en el pie a lo Froilán. Reconozco que mi elección, Rubalcaba y el PSOE, recibieron un castigo no por merecido menos traumático y ahí está el resultado: el poder en manos de una derecha exultante que está plasmando con sus recortes un programa ocultado pero no oculto. Era muy previsible, o por lo menos así lo expuse, al tiempo que admitía mis miedos, ahora reales y comprobados. Tengo verdaderos escalofríos.
Parados/as, funcionarios/as, pensionistas, dependientes, trabajadores/as, contribuyentes, inmigrantes, autónomos, enfermos/as, desahuciados/as, hipotecados/as, y un largo etcétera somos víctimas del recorte social más feroz de la corta historia de nuestra democracia. Bueno, y pregunto, entonces, ¿quién votó al PP? ¿De quiénes son los 10 millones de votos? No hay tantos banqueros ni tanto rico ni tanto defraudador en España, por lo tanto hay una amplia mayoría de víctimas que han elegido a su verdugo. No tengo ni la mala leche ni la mala educación de Andrea Fabra, pero exijo que rectifiquen y se rebelen contra esta estafa, la madre de todas las estafas.
Y hablando de estafas, quiero pararme en una de ellas, la del Impuesto de Bienes Inmuebles que aprobó el Gobierno mediante RDL 20/2011 y sus consecuencias en Torrevieja. A la subida del valor catastral que solicitó el PP a la Gerencia del Catastro en el año 2003 se une ahora la subida del 6% para la mitad de las viviendas de la ciudad por mor de ese decretazo. Sumen a este sablazo el coeficiente mínimo de pago que pasa del 0,4% al 0,5%, por lo que el acuerdo plenario que lo reducía al 0,462% queda anulado. SUMA está ahora anunciando la buena nueva a los contribuyentes, y algunos, indignados, se declaran ahora víctimas sorprendidas del afán recaudador de sus verdugos. Claro, y piensan, no sin razón: lo recaudado a buen recaudo, en sueldos de alcalde, concejales, asesores, delegados y directores generales. Y aumenta la indignación en la ciudadanía, que observa cómo éstos viven en la abundancia mientras ellos la pagan con su trabajo, con con su salud, con su educación, con su salario, con su vivienda; en fin, la pagan con creces.
En 2013 se cumplen 10 años del catastrazo del PP, por lo que debe haber una nueva valoración catastral para adecuarla al valor real mediante una nueva ponencia de valores, pero, ¡ay de nosotros!, siempre se hace a instancia del consistorio, por mandato legal y no, como engaña desde hace años el PP, por capricho del Gobierno del PSOE. Somos todos conscientes de que el valor real ha disminuido casi un 50% en Torrevieja, al tiempo que el valor catastral ha subido en algunos casos hasta el doble del anterior y, dice la letra pequeña de la ley, que el valor catastral no puede rebasar el 50% del valor real del inmueble. Pues exijamos todos una revisión catastral y protestemos ante el Gobierno de la derecha por estos atropellos. Que os oigan, que nos oigan, o si no, nos veremos en la calle, muy pronto.

1 comentario

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*