Esto sigue sin tener nombre

AV Espuch

La misma noche electoral en la que el PP se erige en ganador con mayoría absoluta en todo «este país», como lo llamamos siempre que lo vamos a estar criticando, yo proclamé en distintos foros de Internet y con estas palabras: «España, ahora te vas a enterar de cómo gobiernan éstos con mayoría absoluta». Por supuesto no era una afirmación baladí, pues ya son casi 26 años de experiencia de sus formas y maneras y su «peculiar sentido del ejercicio de la democracia». Y si no, a las pruebas me remito (como me gusta decir a mí).
También en otro momento me atreví, en claro ejercicio de ociosidad, volver a ejercer de vidente advirtiendo en los mencionados «medios» de la Red que a Eduardo Dolón, al que le tengo en estima personal, la Alcaldía de Torrevieja podía quedarle algo grande. Aunque no dude de su capacidad, la problemática y, sobre todo, la herencia o legado recibido, más el equipo que actualmente lleva, me condujo a la opinión que uno se forjó en base al conocimiento y la experiencia sufrida en «este pueblo» durante todo este periodo de mi vida.
Ahora el cerco se estrecha en todos los sentidos, ya no bastaba una mayoría absoluta del PP en la propia Torrevieja, en la capital de provincia y en la de la Comunidad Valenciana, era menester ser premiados también con una nueva mayoría en el mismísimo «este país». ¡Pleno al quince, reintegro y bola gratis! En una política monocorda, monocolor; llevada autoritariamente de espaldas a la ciudadanía (ESTAFADA) y sus problemas reales, una pesadilla de la que por más que uno intenta escapar, más hundido se ve en ella y de la que no me podré despertar, ni aunque me echen jarros de agua fría, viendo el acontecer cotidiano de tal masacre social. Ya hemos visto los resultados de las elecciones en Galicia con otra nueva mayoría de Feijoo que sólo uno entiende desde el «clientelismo» o el egoísmo personal del «dame pan y dime tonto». La política es como la mafia, si estás conmigo te premio y si estás contra mí te comes una mierda, pero lo malo con estos nefastos gobernantes es que el dinero que usan para comprar voluntades es de TOD@S, mientras los beneficios se los agencian unos pocos, precisamente los del partido en el poder.
A mí nunca me han gustado las mayorías absolutas y debe de ser por eso que la vida, tan generosa ella, me ha colmado, llegando a la conclusión definitivamente y sin culpar a nadie, de que la existencia y yo no nos llevamos.
En innumerables ocasiones he tratado de convencer -también desde esta casa, cuando escribía aquellas 30 líneas llenas de mucho corazón, demasiada queja, poca cabeza y despreciable estilo periodístico, más aún literario; por llamarle algo- sobre la convenienncia de comenzar no sólo a creer que el ciudadano es el auténtico pagador, artífice, centro y dueño de cualquier Real Democracia (no es lo mismo que Democracia Real). Es éste el que debe elegir sus destinos por encima de los que se autollaman representantes de los ciudadanos, únicamente porque han tenido la habilidad de encontrar los apoyos suficientes y parece que eso les legitima para hacer lo que «les salga de los huevos» (con perdón).
También escrito está en los archivos de «esta casa» que a mí no me sirve de nada buscar culpables. Puestos a ello, si queremos encontraremos que culpables somos todo@s, en una u otra medida y que tenemos lo que nos hemos «currao». Y digo esto porque sólo hay que echar una simple ojeada al panorama social de «este país» de «esta comunidad autónoma», de esta provincia o de este pueblo para que muchos prefiramos no mirar sin apartar la vista.
Ahora uno comprende que la elasticidad del tiempo y los viajes en él son posibles. De la noche a la mañana, o más bien viceversa, mediante el descalabro electoral del PSOE, nos embarcamos en una especie de nave interdimensional y nos aerotransportamos atravesando agujeros de auténticos «gusan@s» a tiempos de dictadura y de fascismo disfrazado de falsa democracia y más tecnificado.
Es en este sentido, duelen los dedos de «postear» en las redes sociales que estamos siendo espiados, controlados, monitoreados, algunos más que otros, y yo no puedo ya con tanto troyano y programa espía. Aunque uno no tenga nada que esconder (…ni qué esconder ¡ni «na de na»!), cada vez más se siente cómo los derechos sociales durante tantos años peleados y ganados con sangre sudor y lágrimas van desapareciendo mas rápido de lo que la propia tecnología avanza: y si desaparecen los derechos, con ellos se esfuman también los deberes. No pretendo que estén de acuerdo conmigo, ¡¡¡ESTOY DEFENDIENDO GRACIAS A ESTA PUBLICACIÓN MI DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, QUE MÁS NOS VALE QUE LUCHEMOS APASIONADAMENTE POR ELLA!!!
Cuando la estupidez, la tiranía y la injusticia se convierten en ley, la desobediencia es un deber y la rebeldía un derecho.
Aparte de los recursos y dineros del propio pueblo que se están dedicando a espiar no solamente a elementos considerados X (a saber el criterio que emplean para criminalizar, espiar y controlar a la población), los «departamentos» de espionaje y control a la ciudadanía proliferan por doquier, practica muy en boga en partidos como el PP o el PSOE, y a mí nadie va a venir a contarme lo contrario cuando yo mismo me cargué una Vaio de 17″ a martillazos ante la impotencia y frustración de sentirme objetiva y comprobadamente espiado por troyanos y otros virus más perniciosos, siendo víctima acosada de más artilugios para tan despreciable e inconstitucional fin. No me voy a extender en los detalles de esto porque son cuestiones técnicas largas de explicar, sólo decir que, no contentos con esta mala praxis, el «ojo que todo lo ve» se está preparando (eso es lo que te cuentan), y cuando te dicen preparando quieren decir que ya está en funcionamiento a falta de darle una legislación hecha a medida para justificar lo injustificable, la pérdida del derecho más sagrado, que es el de la privacidad… bien, con todo esto estoy tratando de hacer saber que, desde dentro de la propia Europa (¡coño, qué raro que no hayan sido pioneros los EEUU!), «gran hermano» va a poner en marcha el Proyecto INDEC, que no es ni más ni menos que un control tecnológico tan total que ¡sabrán sobre cualquier ciudadano hasta la hora que va a cagar!, incluso prever cuál va a ser su comportamiento en horas siguientes a lo acaecido en tiempo real. Podrán observarte abriéndote la cámara web y tu micrófono, seguir tu historial de navegación en Internet, todos tus datos, fotos, etc., incluso utilizar «nanorobots» de seguimiento para tenerte localizado todo el tiempo y tú ni te enteras y será legal. La excusa para su implantación será la consabida: «esto es para protegerte y como medida contra el terrorismo», cuando ver un unicornio es más fácil que ver un terrorista. El terror lo proporcionan los mismos que están en el poder y sus esbirros que abren cabezas, hacen guerras y matan gente inocente por millones, aparte de otras formas de violencia como el hambre, la exclusión social, los desahucios, el paro, etc. Los terroristas son ellos.
¡Que lo sepas!

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