Es lógico que a esta crisis se la buscara un final adecuado. ¿Es el correcto, esperar la dimisión del concejal de Deportes para dejar el tema zanjado?
Por lo que se ve, el tema está zanjado y ya no hay más responsables políticos que han gastado el dinero público indebidamente, y que además no sabían qué estaba pasando en España y más concretamente en Torrevieja. Debían de vivir sumidos en sueños de felicidad y que lo que estaba pasando no iba con ellos. ¿Cómo es posible tanta desvergüenza e irresponsabilidad juntas, en algunos responsables políticos?
Decía un concejal al que le habían pillado con el «carro de los helados», a una pregunta de un periodista sobre este asunto, el día del pleno «verdadero», y tuvo la desfachatez de decir «que ese asunto se lo demostraran que había sido él». Le parecen pocas pruebas que desde su número se habían realizado tales irregularidades.
Lo curioso de estos temas que apestan a cloacas de irregularidades e infrigidores de la ley es lo que dicen determinados ciudadanos: «si da igual, todos los políticos hacen lo mismo sean del signo que sean». A estos comentaristas siempre les digo lo mismo: hay que atajar la corrupción y las malas artes de todos los políticos, sean del signo que sean, y siempre hay que denunciar estas malas artes. Es más, yo siempre apostillo, cuando el corrupto o el que ha hecho un acto ilícito sea de «izquierdas», debería ser penalizado con más dureza y así debería estar recogido en los códigos de buenas costumbres y en el propio Código Penal.
En el caso de Torrevieja, me parece fatal que una vez «mal cerrada esa herida política» vuelva a echar a andar el consistorio con el lastre que lleva encima.
Desde mi punto de vista, los concejales, asesores y personal de confianza que han quedado impunes con esta remodelación, pero no de sus actos, deberían pensar, o al menos el alcalde, en no contar con ellos para siguientes compromisos políticos y sobre todo eliminarlos en las próximas elecciones. Dada su mala gestión, ya han amortizado sus responsabilidades políticas.
Ya es hora de que personajes que llevan décadas viviendo del erario publico y se les ha pillado en un renuncio, dejen la política omitiéndoles de las siguientes listas.
Situaciones como la actual son las que nos dan pie a los ciudadanos a tener la desafección a la clase política, como así lo demuestran las encuestas del CIS. Por todo ello, es una obligación de los responsables políticos exigir responsabilidades a todos sus subordinados políticos. Porque yo creo que sí hay políticos honrados y decentes, de izquierdas y de derechas, pero cuando se cometen errores de este calibre, lo digno es marcharse y si no quieren «motu proprio», habrá que obligarles a abandonar.
Joaquín Garrido Mena
Los EREs de la Junta de Andalucía, Don Garrido, los EREs.