El hombre dentro de la política

¿Dice algo que el hombre elija y/o sea apto para la política? Veamos algunos puntos de referencia sobre la capacidad del hombre que se decide por la sabrosa política, y, según él, para gobernar un país.
Siempre suelen falsear la verdad con la mentira, con filosofías de mejora en la sociedad. La intención aparentemente se ve factible, más aún, cuando prometen mejorar la salud, el trabajo, la vivienda y la educación social, esto por mencionar unas pocas de las promesas que después suelen voltearse a la inversa en la mayoría de los casos. Pero las promesas no empobrecen ni les cuestan dinero alguno. Y, como dice el dicho, «las promesas no son deudas y no entrampan a quien las promete».
1º) El que un hombre o una mujer tenga estudios académicos y/o universitarios o tenga conocimientos desarrollados en ciencias humanas, matemáticas, psicología, lenguas u otras ramas universitarias, no le da derecho absoluto para sentirse solvente y capacitado en gobernar una nación, ¡no! Esa polémica no es sostenible, más bien, aprovechada del conocimiento de sus estudios, para aprovechar las ocasiones a como se presenten y dé lugar.
2º) Cualquier hombre de la clase social, por exponerlo así, sin tener altos estudios académicos, cabe decir que puede ser un hombre de estado, elocuente, con suficiente capacidad mental para llevar un gobierno estable y un estado de derecho, social y democrático, en orden y justicia, administrar leyes sociales. Como también llevar una política inclinada hacia el deseo de la riqueza y llevar una vida acaudalada como hacen otros gobiernos. Una gobernación se lleva a bien con unos cuantos consejeros, así pues, no es dificultad alguna en gobernar un país.
3º) Puesto de manifiesto, y ésta es la tesis principal de los políticos: ¿ciertamente, están ellos capacitados honestamente sin intereses particulares hacía el propio beneficio, en gobernar en justicia?
Y digo esto, porque después llegan algunos políticos a ser investigados y salen al descubierto anomalías en grado de corrupción, cuentas malversadas y suculentas sumas de dinero que desaparecen del tesoro público, sin dar ninguna clase de reporte en el Boletín Oficial del Estado. ¿Gobiernan sin engaños a las masas obreras para gobernar altruistamente una nación? La respuesta es ¡no!

Gabriel Martín Iniesta

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*