Chorizos, «Ibéricos de bellota y pata negra» y el cambio

En esta democracia que tenemos, la cesta de la política está llena de políticos de todas las siglas y rangos de toda España podridos, y no se salva ni la corona. Lo que estamos viviendo y sufriendo desde que llegó el PP con su embaucador «cambio» no lo hemos visto ni en la posguerra dictatorial. Estos salvadores de ninguna patria, según, nos iban a sacar del «desaguisado de Zapatero». «Ignorantes ellos» de lo que había, prometieron el no va más. Cuatro millones de puestos de trabajo. Saneamiento y desarrollo de la economía, para grandes y pequeñas empresas. Mejora de la calidad de vida, etc., etc. Pero este ficticio cambio nos ha precipitado al abismo más negro de esta difícil, tensa y dolorosa década que nos toca vivir. Un insufrible y creciente paro, desahucios brutales a destajo, con suicidios, hambre, miseria, injusticia, pérdida de valores, de derechos elementales adquiridos, junto con estafas, robos, corrupción al por mayor, inmoralidad, deshumanización e impunidad en los altos cargos y un largo etc. Toda una hecatombe humana en esta «descafeinada» democracia.
A estos mediocres gobernantes del cambio a peor no les ha temblado el pulso ni se les ha encogido el corazón ni la conciencia a la hora de llevar a la práctica la ley que nos caído del «Guindo», con los inhumanos y dramáticos desahucios con contundencia. A rastras, golpes, apaleamientos salvajes, suicidios de gentes inocentes que, sin trabajo y sin poder pagar la hipoteca, se veían en la calle sin casa ni medios para subsistir y la salida fue el suicidio. ¿Cómo estarían para hacerlo? Banqueros y gobierno son culpables de estas muertes y tenían que pasar por la justicia. Pero, viendo como se pronuncia ésta… con indultos aberrantes prescripciones de delitos a los cinco años a altos cargos, mientras que a los de a pie, tras diez y cinco años por delitos de poca monta van sin remisión a la cárcel estando ya rehabilitados. Luego, los robos de los bancos con las preferentes, las malversaciones del dinero público con malas gestiones, conductas delictivas de estos oligarcas del poder sus despilfarros en grandes eventos y obras faraónicas e inútiles, y su latrocinios, que no cuentan en toda la «fauna» que manipula el cotarro… Y ahí están los bancos que han quebrado y no los han embargado ni echado a la calle como «hijo de vecino» y los han rescatado con dinero público que debiera de haber sido para salvar a los desahuciados por las hipotecas. Y es que estos «chorizos ibéricos de bellota y pata negra» se saben y tienen todos los medios y «artilugios» para saltarse las leyes y evadirse de la justicia, defraudándola y saliendo indemnes; limpios de polvo y paja.
El cumplimiento de las leyes y la justicia está hecho para los ciudadanos de a pie. Ahora, el Ministro de «Justicia» Gallardón se ha «descentralizado» y se ha quitado su «beatífica máscara», mostrándose cual es. De una derecha prepotente dictorial en su nueva trayectoria ministerial, ha promulgado una ley de tasas judiciales con la que la gente común no podrá acceder a un litigio para cualquier caso de justicia. Estamos en un estado de derecho deshecho; sin amparo, ante tanta indefensión y atropello. Por ello, España está en un estado efervescente nunca visto, de manifestaciones en todas las escalas de la sociedad, que quiere y lucha por la justicia social, la democracia y sus valores de libertad, derechos e igualdad. Hace falta un código ético, moral, sin opacidad, de conductas transparentes en los gobiernos.
El hambre está presente en nuestra sociedad. Gentes de la clase media y obrera, desesperadas, buscan comida en los contenedores de la basura. O van a los comedores solidarios por un plato de comida. Una familia joven con hijos había ido a un comedor social, porque estaban comiendo días un plato de arroz o pasta, solo con agua y unas hojas de laurel para darle algún sabor. Esto es real, lo contaba una cocinera con conciencia solidaria y se le saltaban las lágrimas ante la cámara del reportero que hacía este reportaje de supervivencia humana sin sacar a estas gentes necesitadas, pues no quería que se avergonzaran de su situación.
Esto es la cruda, triste y cruel realidad en la actualidad. Pero el colmo de la desvergüenza, la inmoralidad, la caradura del «pobre e indefenso Urdangarín» raya en un cinismo crónico cuando dicen su abogado portavoz y él mismo que el embargo de sus bienes por no poder pagar la fianza le deja en un duro empobrecimiento. ¿Se verán en la calle como los demás embargados? ¿Tendrán que ir a un comedor social? ¿O se irán con sus viejos padres naturales o políticos a vivir de sus rentas? ¿O habrá que hacer una «colecta» para recaudar dinero y que no pasen estos apuros de duro empobrecimiento? Éstos son otra clase de chorizos.

Josefina García

2 comentarios

  1. el chorizo de undangarin es un ejemplo de la malversacion de fondos y caudales de algunos listillos que aprovechando su impunidad, se forran a costa de los pobres trabajadores que no tinen nada que echarse a la boca, este chorizo se merece ir a la carcel poer sus fechorias ilegales

  2. pues la verdad que hay muchos chorizos, tambien slgunos chorizos de la junta de andalucia que se lo han llevado crudo millones de euros, y solo por el momento han salido algunos culpables, cuando mucha gente esta al corriente de estos desmanes. ehhorabuena a la juez Alaya, que parece que lleva el tema bastante bien a ver si salen de una vez, los chorizos que quedan, con todos ellos se podria montar una salchicheria.

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*