Los deseos tardan más que las pasiones en aflorar a la vida

Rainer María Rilke versus René Descartes

Nada más próximo a nuestro estado de conciencia que el análisis de los sentimientos más fuertes, y analizaremos dos que se contraponen por definición, haciéndolo a través de pensadores de tendencias opuestas.
Uno de mis escritores favoritos, ya desde mis primeros albores, ha sido y será el poeta bohemio-austriaco Rainer María Rilke (1875-1926), que escribió en alemán, intentando explorar el reino de la mente a través del lirismo de sus poemas, pretendiendo así recobrar sus primeros ensueños de niñez: «La única patria que tiene el ser humano es su infancia», cuando se ven las cosas más nítidamente sin complicaciones. He vuelto a leer algunos de sus Sonetos a Orfeo interpretados como la Metafísica de la poesía, a la vez que una de las paradojas de la vida. Para Rilke, los verdaderos deseos comienzan pronto a elucidarse, pero sólo dan sus frutos con el paso del tiempo si han de ser duraderos.
Para René Descartes (1596-1650), en cambio, las pasiones nos mecen como barcarolas entre el ser y el devenir, y las analizó como desarrollos de nuestras emociones más fuertes, creando un cuadro visual que se fijará con el poder de la voluntad; tienen el peligro de convertirse en vicios si fueran en contra del goce racional de la vida, por lo que su «Discurso del Método» serviría para superar la duda metódica y llegar al saber científico. Se acercó a Sócrates en aquella frase «Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro», pero al enterarse de la condena del heliocentrismo de Galileo el 12 de junio de 1633, se negó a que se publicara su obra escrita en vida.
Me refugio constantemente en el mundo de tales personajes, bien cuando me siento atraído excesivamente por el impulso de mis deseos más íntimos, como varado por los rompeolas de cualquier tipo de confusiones que impidan la concentración.

HECHOS Y DICHOS
El ser humano es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos. Pitágoras

ANÓNIMO
Las pasiones no se curan por la razón, sino por otras pasiones.

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