Domingo Soler Torregrosa
Concejal Alternativa Popular de Torrevieja
La vaguedad del tiempo ralentiza la memoria y eso me hace retrotraerme a la Torrevieja de las estampas y recordar las casetas de la playa del Acequión y del Cura, incluso de la playa a la que llamamos ‘Del Bufa’-donde actualmente está el Real Club Náutico y el antiguo Miramar. Era aquello un paisaje lleno de casetas. Una Torrevieja de los años 50 del siglo pasado donde los chiguitos de pantalón corto durante todo el año veíamos emigrar a los amigos que se iban siguiendo a sus padres a las ciudades en busca de un trabajo digno.
Como digo, de esto hace muchísimos años. Después vino la democracia y con ella conformaron las distintas corporaciones políticos que empezaron a pensar en cómo hacer de Torrevieja una ciudad cosmopolita, internacional y moderna. Cuáles eran las bases sobre las que se tenía que asentar una economía próspera y fructífera con el objetivo de acabar con aquella sombra que planeaba sobre ellos y que permitiera que sus hijos no tuvieran que ir a buscar trabajo a otros lugares. Para que Torrevieja no fuera la de las hermandades de ausentes sino que fueran otros los que llegaran a esta ciudad para disfrutar de su riqueza humana y crematística, conseguidos con el esfuerzo y tesón de todas las personas que quieren tener su futuro en Torrevieja.
Así nació una marca registrada, un certificado de garantía, una norma U.N.E. –tal y como se dice ahora-, que no era otra cosa que el sentirse orgulloso de decir “yo soy” o “yo vivo” en Torrevieja.
Pero si gracias al impulso y a la capacidad de inventarse de las corporaciones pasadas, Torrevieja se hizo un nombre en el panorama turístico español, ahora la desidia y la falta de ideas nuevas del actual gobierno del PP está haciendo que Torrevieja no sólo se quede estancada sino que dé marcha atrás cerca de 50 años. Así, acabando con la imagen corporativa del nombre de Torrevieja, no se les ocurre otra cosa que colocar una feria de no sé qué –creo que ellos tampoco lo saben- en el paseo de Vista Alegre con carpas –que es la versión cutre de las casetas- quitando la posibilidad de disfrutar de un paseo que acoge a miles de visitantes y que llega desde el Acequión. Que, por cierto, ¡vaya imagen la de la valla ‘cutre’ que este equipo de gobierno ha puesto sobre el canal del Acequión! De vergüenza. Lo mismo que la papelera en el antiguo laboratorio de las salinas donde no hay más remedio que pasar en fila india y que carece de aceras en varios tramos del recorrido. Está claro que este año las vistas no van a ser las mejores. Por no verse ni se va a ver la nueva oficina de Turismo, esa que inauguró a espaldas del pueblo y sus representantes en la oposición un silencioso Fabra con la prensa y los ciudadanos. Porque la feria del ‘no-sé-qué’ la va a tapar con sus chiringuitos de papel.
Lo único que está claro a estas alturas es que a este equipo de gobierno del PP, criado con potitos, le hace falta una guardería de pensamiento libre y enseñarle que son el equipo de gobierno de toda Torrevieja y no sólo del PP. Y de paso demostrarles también que una feria de casetas en julio y agosto es algo maravilloso… y antiguo, propio de los veranos de 1950, pero obsoleto y contraproducente para todos en los tiempos que corren.
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