Llegó septiembre y empieza el nuevo curso. Los niños vuelven al colegio y cada cual regresa a su rutina. La normalidad vuelve a los hogares, tras el desbarajuste horario que siempre supone el verano. Las temperaturas ya son más suaves, el calor intenso quedó atrás. Muchos aprovechan estas fechas para tomar unas merecidas vacaciones, sobre todo aquellos que han tenido que trabajar durante el verano. Vuelven los políticos también al tajo. Aunque lo cierto es que han tenido un verano bastante movidito. Nos tienen realmente boquiabiertos. Después de todo lo que llevábamos visto, ya pensábamos que no quedaba más por ver, pero nos sorprenden por momentos. Que el partido que sustenta actualmente al gobierno haya destruido los discos duros de los ordenadores, que contenían las pruebas que el juez les estaba pidiendo, mientras nos decían que los estaban custodiando, es muy fuerte. Pero no pasa nada, nunca pasa nada. Aunque cada vez hay más decepcionados de la clase política.
También es momento de hacer buenos propósitos. Olvidarnos de ellos y pensar en positivo. Todo mejorará alguna vez. Buena falta nos hace, hay que crear nuevas ilusiones, para que se animen los mercados. Que se vuelvan a incentivar un poco. Ya está bien de tanta depresión, sería momento de empezar a crecer. Vamos a mantener la esperanza -que es lo último que se debe perder- y esperar que remonte la situación, aunque sea lentamente. Ya empiezan a avisar que para el año que viene van a bajar impuestos. Tal vez porque se acercarán elecciones y eso mueve mucho a ilusionar al personal para que voten. Luego, como ya hemos visto, resulta que no es así, que lo decían para ganar y después no lo aplican. Pero eso ya es otro cantar y algunos hasta dicen que como hay una mayoría absoluta, pueden hacer lo que quieran. No importa cómo se consiguió.
Dejar una contestacion