Memoria y recuerdos en el mundo de la melancolía

Aristóteles (384-322 ADNE)

¡Qué tendrá la filosofía que puede girar la vista atrás mientras se mira hacia adelante! Porque nos pasa a todos por el mero hecho de que tenemos que agarrarnos a nuestras impresiones anteriores para continuar analizando lo nuevo.
Por eso nos sentimos obligados a utilizar agendas, memos, recordatorios, técnicas de reforzamiento, nudos, líneas, vallas, para no olvidar lo que tenemos que hacer, pues la memoria es nuestro punto más flaco que va cediendo con los años. El neopitagórico Apolonio de Tiana (muerto en Efeso a comienzos de nuestra era) confesaría que la memoria es como una arca de datos que hay que revisar hasta la vejez, pues se vaciará si no la cargamos constantemente.
Pero fue Aristóteles, discípulo predilecto de Sócrates junto con Platón, aunque más joven, quien realmente dio en el clavo, pues siendo miembro de la Academia platónica de Atenas hasta que murió Platón en el 347 se adelantó a la parapsicología moderna al contraponer el sentido a lo sensible y la memoria al recuerdo, bases de la neurociencia moderna, según la cual el aprender por la experiencia se fijará al recordar lo que realmente pasó; pronto después de abandonar el Ateneo Platónico se dedicó Aristóteles a desmitologizar el conocimiento recurriendo a la experiencia de cada día en frases como «el niño es a la vez un adulto «in potentia» pero siendo «in actu» un niño».
Y, puestos a recordar, yo siempre me he opuesto al abuso de la memoria en el bogar de la vida según aquello de «a veces el recuerdo entorpece el pensamiento» de Cervantes o «la memoria es el talento de los tontos» de Marcelino Menéndez y Pelayo, si bien no habrá que ignorar su eficacia según aquello de Napoleón Bonaparte: «Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición», por más que, digo yo, lo peor sería si te olvidaras de que no recuerdas que no te acuerdas.

HECHOS Y DICHOS
La memoria disminuye cuando no se ejercita. Marco Tulio Cicerón

VERSOS MEMORABLES

Cuando recordar no puedo
¿dónde mi recuerdo irá?
Una cosa es el recuerdo
Y otra cosa es recordar.

Antonio Machado

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