Carta abierta al alcalde de Torrevieja

Quizás éstas sean las palabras de nuestra vida que más nos cuesten pronunciar. El pasado 12 de septiembre, nuestra madre fue atropellada por una moto en un paso de peatones de la calle Vicente Blasco Ibáñez de Torrevieja, perdiendo finalmente su vida.
No olvidamos que el responsable directo de su muerte fue el conductor de la moto, sobre el que esperamos recaiga todo el peso de la ley. Esto siempre resulta injusto, porque él ha cometido la imprudencia, pero la que ha perdido la vida ha sido nuestra madre.
Nuestra madre era una mujer de 61 años, recién jubilada, que soñaba con disfrutar esta nueva etapa de su vida junto a mi padre, en Torrevieja. De hecho, recientemente se había empadronado en esta ciudad porque aquí ella encontraba todo lo que necesitaba para ser feliz. Era una mujer alegre y llena de vitalidad, y aunque sólo llevaba dos años residiendo en Torrevieja de manera habitual, era muy conocida por su carácter jovial y abierto.
Por este motivo, nos queremos dirigir al máximo responsable municipal, porque no queremos que su trágica muerte pase desapercibida y porque creemos que todavía quedan muchas cosas por hacer para evitar que estos dramas se repitan.
Cuando hemos visitado Torrevieja, hemos podido ver que uno se juega la vida paseando por la ciudad, porque los conductores no respetan los pasos de peatones y apenas hay semáforos que los regulen. Y, cómo no, sumarnos a la reivindicación que hace la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tráfico de limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en determinadas zonas de población, porque eso se traduciría en salvar vidas. Estamos seguros de que, si ese límite hubiera existido, el resultado del accidente de mi madre hubiera sido diferente, o, en su defecto, las consecuencias para el responsable.
Resultan escalofriantes las estadísticas de esta ciudad por el número de atropellos que se producen, y todo ello sin tener en cuenta casos como el de nuestra madre, que no aparecen en ningún sitio, puesto que no se le ha dado publicidad alguna.
Como alcalde de este municipio, le pedimos que medite si esa es la ciudad en la que quiere que vivan sus familiares y vecinos, porque mañana puede ser usted el que se encuentre en nuestra situación.
Un último deseo de la familia para inmortalizar la memoria de nuestra madre es que la calle en la que perdió su vida lleve su nombre, ‘María Garrigós’, un gesto que la llenaría de orgullo y que produciría una gran satisfacción a sus seres queridos.

Familia Muñoz Garrigós

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