Nuestro fotogénico sr. Dolón, alcalde de Torrevieja

Estimados contribuyentes. Me causa mucha hilaridad (risas) ver al sr. Dolón alcalde de Torrevieja salir en todas las fotos que haga falta, con su carita de querubín, para su propaganda personal. Verle con sus manitas agarradas rozando su entrepierna es bochornoso. Da lo mismo que sea en una entrega de premios de bolillos -tela marinera- que entregando diplomas, o premios, al Concurso de Emprendedores -eso sí, todo pagado a cuenta de nuestros impuestos con dinero público- para su promoción y la de su PP, que con estas actividades sigue aumentando su tela de araña, para mantenerse en el poder.
Estimados contribuyentes, hoy no voy a hablar de los atracos que nos hacen los del PP, con el recorte de las pensiones, ni los copagos, los repagos en sanidad, impuestos por estos terroristas sociales del Gobierno, según dicen los del 15 M. Hoy voy a tocar algunos temas que parece que la oposición municipal no se atreve y no se por qué.
La desalinizadora torrevejense ha empezado a funcionar, elevando agua dulce al pantano de la Pedrera. Me causa asombro que las autoridades municipales encabezadas por el sr. Dolón alcalde no hayan mencionado a ningún nivel este evento que yo creo que con el tiempo será histórico. Es lógico después de tanta demagogia del PP en contra de su construcción por intereses espureos, como las declaraciones del anterior alcalde sr. Hernández Mateo, que tenían que pasar por encima de su cadáver para construir dicha desaladora, o las declaraciones del sr. Domingo Soler Torregrosa, entonces militante del PP, que tuvo la cara dura de decir que si bebías agua de la desaladora te quedabas estéril. Así nos luce el pelo con estos artistas en Torrevieja. Eso sí, ahora quiere el PP sacar réditos políticos con las obras que está realizando la empresa Acciona en el entorno del barrio de San Roque con foto incluida del sr. Dolón alcalde -cuando antes eran enemigas a batir, qué paradoja-.
Como ya he dicho anteriormente, yo no estoy en contra de ninguna religión. Lo que si estoy en contra es de que con dinero público que pagamos con nuestros impuestos todos los ciudadanos, se paguen estos obras privadas. El que quiera museo de Semana Santa, que se lo pague de su bolsillo. Y punto. Con los cerca de 3,6 millones de euros de la segunda fase, que se quiere adjudicar con dinero público al Museo de Semana Santa para su final de obra, se podría acabar con más de un barracón donde estudian los niñas/os torrevejenses en situación muy precaria. De vergüenza. O para invertirlos en las obras de reforma del tramo Punta Margalla a la curva del Palangre. Para disfrute de la ciudadanía en óptimas condiciones. Digo yo.
A galopar…
¿Hasta cuándo? Al tiempo…

Gerardo Garrido

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