Cuentos para niños

Dedico este artículo a los niños, que, con tanta informática, olvidan que hay cuentos escritos, precisamente, para ellos.
«Susanita, la mosquita». Tocando con sus patitas los objetos de la casa, con algarabía y guasa, fue zumbando la mosquita. Era chiquita, bonita, alegre, desenfadada; se llamaba Susanita y siempre volando estaba. Como era tan cotilla, aquel diablo de chiquilla, un día que se asomó al borde de un grande cazo, se pegó tal patinazo, que empapadita salió. Pero lo que nadie sabe ni se puede imaginar es que aquello era jarabe con azúcar y coñac. ¡Qué borrachera agarró la buena de Susanita! Se encontraba tan malita que en su cuarto se encerró, hasta que al día siguiente fue a visitarla el doctor. «¡Ay, qué escarmiento he llevado por culpa del remojón! ¿Pero quién ha puesto el cazo al alcance de mis pies? ¡Si no lo he podido ver! ¡Si me creí que era un gato!», murmuraba desolada y llena de turbación. Una cosa prometió: «¡Ya no seré más cotilla; desde hoy seré mejor!» ¿Qué pensais, amiguitos? ¿Os creéis que lo cumplió?
2º Cuento: «El chivito Chiriví», que no alcanzaba al azúcar, pero sus hermanos, sí. Era tan pequeño que dando saltos y balando le era imposible alcanzar el tarro. Desesperado, al ver que sus hermanos le empujaban, mientras engullían aquello tan delicioso, se fue al bosque a desahogar su rabia dando trompazos a los árboles, al agua del arroyo: amenazaba a las nubes poniendo sus cuernecitos de punta, hasta que se encontró con Mariquilla, la comadre ardilla. Le contó su caso y ella repuso: «Está bien, muchacho. Hagamos un pacto; si tú, a fuerza de topadas, consigues que se caigan las nueces del nogal, yo, con mi destreza y habilidad, treparé hasta el armario, derramaré el azúcar, luego, con mi graciosa colita barreré el techo del mueble y tú solo tienes que abrir la boca y tragar, como yo haré con las nueces, que cascaré con piedras y ya limpias las llevaré a mi refugio, esconderlas y asi tener alimento en los meses de invierno». A partir de ese día fueron muchos los encuentros de Chiriví y Mariquilla, que se hicieron grandes amigos y se llevan de maravilla.

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