Violencia y vergüenzas que no terminan

Los nacionalismos exacerbados, que acaban siendo excluyentes y totalitarios, son, han sido desde siempre, causa de violencia y guerra entre los hombres. He puesto adrede lo de exacerbados porque nada tienen que ver con el amor que podamos tener todos, he dicho todos, a nuestros orígenes y nuestras tradiciones con su historia vital del hogar y de la familia a cuestas. Se puede tener morriña o saudade de lo tuyo y de lo mío y empleo aposta estos dos vocablos cercanos, dentro del mundo global en el que nos movemos ya… Si son gallego o portugués o yo que sé, no me duelen prendas al emplearlos porque espero conseguir con ello que se me entienda mejor. Es el recuerdo de lo que nos precedió… y que a duras penas nosotros, los normales con puntuación baja, podremos ir retransmitiendo a las generaciones venideras. Por eso seremos derrotados por los otros sin misericordia. Por los exaltados que te gritan iracundos…
Tenemos en nuestra España dos nacionalismos malos como el colesterol ese al que temer. Incapaces de entender que no han sido preteridos ni con fijeza ni con firmeza, ellos sí nos han salido respondones hasta con fiereza…
Si por una causa política hace unos años y durante un insignificante período de tiempo en la historia se consideraron castigados o humillados (los pueblos a veces se equivocan en sus alianzas y apuestan por el bando perdedor), este país devenido en democracia imperfecta, pero en democracia al fin, ha procurado repararles el daño devolviéndoles fueros y prerrogativas que han sido reconocidas institucionalmente y que no tienen el resto de regiones de España. Y que por otra parte han sido desde siempre correspondidos con el cariño y la admiración del resto de conciudadanos. Ahí son nada Bilbao, Barcelona, Gerona, San Sebastián… ¿No han dado páginas de gloria a la historia de España? Pues lamentablemente ese reconocimiento institucional que los tiene en el Parlamento influyendo con derecho en el gobierno de la nación, es para ellos insuficiente… Han pegado tiros a traición y estallado bombas que han dejado centenares de muertos y mutilados y de lo que no se arrepienten, para conseguir objetivos que no son otros según sus teóricos que configurarse en una república marxista-leninista y que no sé como se compadece ni con el terruño de aldea, ni con la industria pesada y no pesada, de otra parte de su territorio y que ha sido uno de los motores económicos del país. Hasta con sus «Neguri» de lujo en los que viven las élites.
Y termino porque del otro nacionalismo escribiré otro día al quedarme sin papel…
Y también tendré tiempo de comentar la angustia del africano desheredado, contenido en Marruecos, que dice tener sólo dos opciones en su vida antes que volver a su tierra que no es de promisión… O saltar una valla llena de cuchillas cortantes e hirientes o saltar al mar con patera o sin patera con probabilidades de terminar ahogado…

JortizrochE

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*