Todo por Talía

Ya sé que resulta un tanto pesado, rayando lo grotesco, que insista una vez más en el mundo del Teatro torrevejense, y es que esta ciudad ha sido, es y en menor medida sigue siendo, cuna de artistas. De casi todos los géneros, pero del mundo de Talía mucho más. No voy a citar nombres porque es probable que alguien se quede en el olvido por fallo de la memoria, pero sí voy a decir que el merecido homenaje a Raúl ha sido todo un éxito de parte de quien lo haya organizado, y, es más, mi enhorabuena a quien lo haya pensado, ideado y puesto en práctica. En el nuevo ¿Teatro? se dieron cita amigos, conocidos, pelotillas del mundo artístico, alumnos, directores de otros grupos de teatro, políticos que nos gobiernan, y no sé si alguno de la oposición, pero es igual. Allí estaban ofreciéndole especial cariño, amistad inquebrantable y aplausos difíciles en momentos difíciles. Allí estaban, y eso vale mucho. Lo habrá hecho mejor, peor o regular, pero Raúl ha estado al frente de la Escuela con ilusión, energía, orgullo, profesionalidad y sabiendo lo que llevaba entre bambalinas, que no es nada fácil, digo yo. Al hilo del mundo del Teatro, acabo de leer en prensa escrita que los tres grupos de la oposición municipal quieren celebrar un pleno monográfico sobre el ya denominado «caso sobrecostes del Teatro». Está bien que se conozca lo que costó y lo que sobrecostó, las deficiencias y anomalías, las licencias de apertura y desapertura, los mítines políticos y demás. Y la barbaridad que se hizo con demoler el viejo Teatro, que sí era un Teatro con todas las de Caín. Y casi toda la ciudadanía mirando para otro lado. Pero nadie, y digo nadie, se ha percatado de un tema menor: el viejo telón del viejo teatro. Un telón histórico que en su parte de atrás estaba firmado por prácticamente todos los teatros del mundo que pasaron por aquel escenario. Nadie se ha preguntado, por ventura, dónde podría estar ese viejo telón para recuperarlo, porque en cierta forma es una buena parte de nuestro pequeño patrimonio cultural. ¿No? En aquellos tiempos difíciles del hernandismo asfixiante a algunos ya nos parecía que la ciudad no tenía confianza en sí misma. El tiempo nos ha dado la razón. Ni la ciudad ni la inmensa mayoría de los ciudadanos han tenido confianza en sí mismos, y así nos ha ido y nos va.

Beatriz
Beatriz Echeverría es una licenciada en Periodismo y Doctora en Historia, y que visto lo visto se ha reinventado dedicándose con éxito a la fabricación de pan de manera artesanal, manual y con ingredientes seleccionados. Esto viene a cuento porque mi buen amigo Miguel Ángel Hernández, aparte de estar acabando la Tesis en su carrera, Ciencias de la Información, se gana la vida haciendo panes, tartas, exquisitas magdalenas integrales, sabrosos bizcochos de chocolate y unas monas de Pascua que te caes de culo… Y además de todo esto, se reinventa conmigo editando algún que otro librejo (no llega a libro) de ciudadanos, vecinos, amigos y locos que nos encontramos por estos pagos. En fin, que disfrutemos de una Semana Santa santa de verdad, no de metirijillas.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*