El Periódico de Torrevieja nº525

Vivimos días históricos, sin duda, con la abdicación del Rey, en momentos tan difíciles. La sorpresa de Podemos ha sido un gran toque de atención que la ciudadanía ha dado a los políticos. Claramente han gritado que están hartos de mentiras y corrupción. El que quiera tomar nota ahí lo tiene. Quienes no quieran darse por aludidos, ellos verán. Los que votaron -que fueron más de los que se esperaba- lo dijeron muy claro: Ya basta, no aguantamos más. Porque lo peor de todo esto es que parecen estar desmontando el sistema desde dentro. Antisistema son aquellos que intentan hacernos creer que todos son malos y la democracia no funciona. Los que no funcionan son las personas que la aplican mal y defienden a los que se corrompen, del partido que sean. A los que se debe apartar, no tapar, ni proteger. Que corruptos los ha habido siempre y en todos los ámbitos, lo bueno de la democracia es que se descubran y se les expulse, como se hace en las democracias serias. No como sucede aquí, que se persigue a quienes los denuncian y hasta a los jueces, defendiendo a los «podridos» hasta que ya no se puede más y entonces, de repente, «nos han engañado», pero aún así se les pone la pena mínima o se les indulta. Esa manera de proceder es la que nos está llevando a la situación actual de asco hacia el sistema. Sin darnos apenas cuenta de que no es el sistema lo malo, sino aquellos que lo pervierten y lo aplican para su beneficio. Olvidan que se les ha elegido para conseguir el bien de la sociedad y sólo van al beneficio propio, dañando a todo el pueblo. Eso es lo que han castigado los votantes. Lo que denuncian los que han recogido el voto de los estudiantes y los indignados por tanta corrupción impune, que causa dolor, paro y desaliento a toda la sociedad.

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