La herencia del Rey Juan Carlos I

Esta reflexión va en la línea de máximo respeto a todos/as los lectores de El Periódico de Torrevieja.
El bombardeo en «casi» todos los medios de comunicación, tras la abdicación del Rey Juan Carlos I, es de vergüenza, metiéndonos hasta las orejas las bondades de este Rey, salvador, según las lenguas, sólo de su bragueta. Ver, y oír, en radio y televisión, a todo este ejército de pelotas y arrastrados intentando meternos el puro de este falso salvador de la patria, nombrado a dedo por Franco, es de escándalo. El ataque diario -o el silencio- contra los partidos que reclaman un referéndum legalmente dentro de la Constitución, sobre todo en Televisión Española o Radio Nacional, es vergonzoso; en emisoras que se pagan con dinero público, y donde una cuadrilla de mercenarios se pasea por sus micrófonos todos los días, para defender a una monarquía obsoleta a todos los niveles. Aquí sólo se pide que hable el pueblo, en un referéndum democrático y que el pueblo sea protagonista en este momento histórico de España. Con su propaganda diaria, se toman al atrevimiento de decir que la ciudadanía española es mayoritariamente monárquica. Muy bien, eso se resuelve haciendo esa consulta. Pero no quieren el referéndum, no sea que vayan al «paro» como vaticinan las encuestas y las masivas movilizaciones ciudadanos que reclaman dentro de la Constitución: Referéndum ya.
Como digo anteriormente, toda esta cuadrilla de pelotas nos meten la España de «progreso y bienestar», que nos deja este rey en el periodo de su reinado, como que ahora mismo España es el «Estado de Jauja». Pues muy bien, ese «Estado Real de Jauja» ahora mismo es la España de los 6 millones de parados, los 2 millones de niños que pasan hambre en nuestra España, y que se tiene que recurrir en verano a abrir los comedores escolares para darles de comer. La España de los «minijobs» -vaya palabro- y que está llevando a los trabajadores a la miseria permanente. A los recortes en Sanidad, Educación, Dependencia, Copagos, Repagos, etc. En sanidad se está llegando a no dar medicina a un enfermo de cáncer de próstata -condenándole a la muerte por 4 canallas-, a que los enfermos lleven de casa los medicamentos cuando les van a operar en el hospital. Éstas son, entre otras muchas, las barbaridades que la sociedad tenemos que aguantar, en el periodo de mandato de este lumbrera llamado Juan Carlos I. Otro capítulo de la herencia Juancarlista, es la corrupción política, en particular en la Comunidad Valenciana, donde el PP, defensor de la Monarquía, tiene un equipo de corruptos en los tribunales que si fueran al mundial de Brasil, serían campeones del mundo, incluidos los concejales de los móviles torrevejenses.
La última paradoja es la creación de una fundación de ex-ministros del PP, PSOE Y UCD, defendiendo la monarquía. Pobres diablos, saben que no tienen -esta gente- ninguna credibilidad política, pues son los mismos que han llevado a España a la ruina; eso sí, ellos se han enchufado en los consejos de administración de las grandes multinacionales para seguir chupando del bote. Caraduras.
Posdata- Lo que no se puede hacer ahora en España es querer los monárquicos poner puertas al campo y no dar la palabra a la ciudadanía para decidir si Monarquía o Republica.
A galopar. ¿Hasta cuándo? Al tiempo.

Gerardo Garrido

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*