El Periódico de Torrevieja nº527

Aires de cambios soplan por todas partes, desde las más altas esferas. Pero cuidado que se trata de cambiar de verdad, para dejar atrás lo que se hacía mal. No de cambiar las apariencias para que todo siga igual. Es necesario dejar fuera todo aquello que se había podrido. Las malas costumbres, los malos hábitos, llega el momento de desterrarlos. Hacen falta nuevas formas de hacer las cosas. Desterrar esa manera de hacer política que ha resultado tan nefasta y nos ha traído a la situación actual. Sin olvidarlo, por supuesto, para que no vuelva a suceder. Tomar las buenas costumbres de una democrácia auténtica. Lo que significa que no todo está corrupto. Sólo hay personas que se corrompen y a las que hay que castigar y apartar. Sin más, así de sencillo. Tenga el puesto que tenga. Desde el Rey hasta el último cargo público. Tienen que ser honrados, y el que no lo sea no puede permanecer ahí. Para ello, todos tenemos que tomar conciencia, cada cual desde su parcela.
La política es, sobre todo, el arte de saber negociar. Negociar, pactar, llegar a acuerdos, ceder si es necesario. Nunca dejar que las cosas se enconen, ni querer imponer por la fuerza. Menos aún en democracia, por mucha mayoría que se tenga, ya que se puede llegar a situaciones tan difíciles como la de Cataluña, o la Policía Local de Torrevieja. Es algo que no se puede consentir. Porque no beneficia a nadie y perjudica a todos. Ofrece una mala imagen de la ciudad y de sus mandatarios. ¿No hay forma de poder negociar y llegar a acuerdos? Intentar solucionarlo, ceder por aquí y por allá, antes de ofrecer el espectáculo de cada Pleno. Esta situación ridícula no va a ninguna parte y nos pone en la picota ante toda España. Los ciudadanos no merecen este bochorno. Alguien tiene que poner solución cuanto antes. Que ya está bien, ¿no?

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*