La Memoria Histórica

Después de la muerte del Dictador y establecida la nueva democracia, una de las primeras cosas que se hicieron fue reconocer los derechos de pensiones a todos aquellas personas que se vieron obligadas a huir de nuestro país y reivindicar los cargos militares y políticos de todos aquellos que acreditasen el haberlos tenido con anterioridad.
Transcurre el tiempo y aparecen, con todos sus derechos, los partidos socialistas y comunistas que habían estado prohibidos durante la dictadura del General Franco. Poco a poco se van afianzando en el país y recogen una gran cantidad de simpatizantes y afiliados que hacen que nuestros gobiernos se vayan constituyendo en un bipartidismo; o gobiernan los conservadores o los socialistas.
Es muy lamentable que la izquierda de nuestro país no haya olvidado el rencor y el odio escondido hacia los conservadores, o derecha llamados por ellos. Parece ser que dan la impresión de querer ganar la guerra que perdieron en su momento; su sistema de ir contra los conservadores es amenazar como antiguamente diciendo «¡Que viene la derecha!». Como si estuviésemos en tiempos de guerra. Mientras no cambie el sentido de enemigos o adversarios políticos que existe en nuestro país, no tendremos una estabilidad social y económica.
Los que viven con el recuerdo de la guerra fratricida que hubo en nuestro país, producto de la falta de sentido común, formación educativa y el querer imponer los criterios por la fuerza de las armas y la locura de la adversidad política, siguen manteniendo en sus conciencias el rencor y el odio, no saben perdonar ni tolerar que haya personas que no piensen igual que ellos, hasta el extremo de querer imponer por la fuerza, la mentira, la protesta sistemática y su demagogia barata a los demás.
Últimamente ha aparecido lo de la “Memoria Histórica”, pero esta está siendo vista y estudiada con un solo ojo, el otro ojo permanece cerrado porque no interesa que se abran las tumbas de los cientos de sacerdotes y religiosos asesinados, sin contar a las personas civiles que también lo fueron, la no indemnización a la Iglesia de los destrozos que ocasionaron en sus templos, sacrilegios, los robos de piezas y ornamentos religiosos, etc. Y aún, sin saber por qué, siguen manteniendo el odio y rencor en contra de ella, porque ésta clama por la verdadera libertad y derechos del ser humano y ellos ni siquiera lo entienden, pues, como decía Jesús de los judíos, son de dura cerviz.
El Papa Francisco I ha dicho que la “Memoria Histórica” es buena, pues nos hace aprender mucho sobre todo aquello que no debemos hacer ni pensar.
No soy de izquierdas porque no creo en sus ideologías, para mí engañosas y demagógicas, pero he tenido un gran amigo, fallecido hace poco tiempo, que sí creía en ellas desde el punto de vista cristiano, nunca discutimos ni dejamos de ser buenos amigos y lamenté mucho su muerte, porque sufrió mucho antes de que ésta llegara, siempre existió entre nosotros el buen sentido común y nunca nos creímos adversarios ni enemigos, al contrario, no eran obstáculo alguno nuestras diferencias de pensar para juntarnos todos los días a tomar café y contarnos nuestras cosas personales.
Y yo me pregunto, ¿por qué ese odio y rencor? No tiene ningún sentido. En mi familia hay unos que son del Madrid y otros que son del Barcelona. Las disputas se hacen con bromas y no dejan de quererse y respetarse como una familia unida por el amor.

Carlos García

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*