Currante reacio

Onofre no había dado un palo al agua en su vida; ya tenía 35 años y jamás supo lo que era ganarse el pan con el sudor de su frente. Sus padres, acomodados, le tenían como oro en paño, para que al chico no le faltara de nada: en ese caso, ¿para qué iba a trabajar, siendo un hijo único que algún día heredaría todo? Con 33 años se buscó una novia, preciosa, nativa del lugar, a la que dejó en estado en menos que canta un gallo. Naturalmente, y dada la época, no hubo más remedio que casarlos a escape, antes de que la gente viera crecer el vientre de la embarazada. Si antes los padres tenían que cargar con el hijo vago, ahora se sumaban la nuera y el nieto, hasta que su mujer le plantó cara y le obligó a que diera el callo como todos los hombres para mantener a su familia, ya que no estaba dispuesta a ser una rémora para sus suegros; ella quería tener casa propia igual que miles de parejas. De muy mala gana, e instigado por su esposa y la madre, que se conchabaron, y las influencias de su padre, un amigo de la familia que tenía unos grandes almacenes le dijo que empezara en los bajos de la tienda, colocando mercancía, y poco a poco iría subiendo de categoría hasta ser conductor de trailers, cuyo sueldo era 20 veces superior al de mozo de almacén. ¡El que nace con el sino torcido, asi vive y muere! Este hombre vago, ignorante e inútil, el primer día que fue a su trabajo, en lugar de entrar por donde todos los obreros, se adentró por una rampa en cuya entrada ponía en letras bien grandes y visibles «PROHIBIDO EL PASO». Pues justo es lo que hizo, con tan mala suerte, que, al estar poco iluminada, se veía poco; un camión subía y otro entraba, lo pillaron enmedio, haciéndolo papilla. No voy a describir el dolor de padres, esposa y el pequeño huérfano con 3 añitos. Los suegros, ante el empeño de la nuera en no querer depender de nadie, le compraron una casa y en ella se puso un taller de costura. Del nieto se encargaban los abuelos, ya que era el vivo retrato del hijo perdido, pero más activo y nervioso, por eso le inculcaron desde bien chico que tenía que ganarse la vida con un trabajo honrado.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*